Él siempre elegía la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.
Cierto día, uno de los miembros del grupo lo llamó y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda mayor valía menos, bastante menos.
-Lo sé, respondió, vale cinco veces menos, pero el día que elija la otra, el juego acaba y no voy a ganar más mi moneda.
Moraleja:
* Quien parece tonto, no siempre lo es.
* Lo que importa no es lo que piensan de nosotros, sino lo que realmente somos.
"El mayor placer de un hombre inteligente es aparentar ser idiota delante de un idiota que aparenta ser inteligente".
Enviado por Miss M.
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