lunes, 4 de julio de 2011

"Viajar es Vivir" - 5ª entrega


Xcaret. 4ª parte
Una vez que salimos del delfinario y con la emoción que aún sentíamos al haber nadado con estos maravillosos animales, comenzamos a recorrer uno de los tantos senderos que hay dentro del parque.
Es todo tan inmenso (ocupa 80 has.) que, aún habiéndonos provisto a la entrada de un mapa para no perdernos, nos desorientamos en más de una ocasión.
Caminos con curvas rodeados de altísima vegetación, estrechos, se bifurcan en algún momento del trayecto y por lo tanto hay que permanecer atentos a los carteles indicadores. Varias veces desandamos el recorrido para tomar otro que salía en dirección contraria.
Fuimos al acuario, grandísimo y con gran variedad de peces multicolores, medusas, hipocampos, etc. Se muestra directamente lo que ve una persona cuando bucea o hace snorkel. Allí se hallan diferentes tipos de arrecifes de coral que se encuentran en el Caribe. Es el único acuario donde todo está con vida, gracias a que circula en todo momento agua fresca del mar.
Pasamos por un anfiteatro al aire libre construído en la piedra y que da directamente a un cenote; tomamos fotos de los pumas y panteras; estuvimos mirando las tortugas marinas en sus estanques. Otro camino nos llevó hasta un sorprendente cementerio mexicano.
Este cementerio fue construído en 2004 y es llamado "El Puente al Paraíso". Se caracteriza por el colorido de sus 365 tumbas (representan los días del año). Sus colores brillantes son el símbolo de vida. Está levantado sobre un montículo de piedras dividido en 7 niveles (simbolizan los días de la semana); esta cultura hace honor a sus muertos. No son realmente tumbas, sino altares en los que los muertos son recordados y celebrados. La tradición de decorar las tumbas es posterior a la época maya, pero permanece muy arraigada entre la cultura mexicana. Año tras año la gente celebra la vida de los que se fueron decorando sus tumbas y ofreciéndoles comida y bebida; además les dedican curiosos epitafios en las lápidas, algunos muy graciosos. Tienen un concepto muy diferente de la muerte, lejos del aspecto fúnebre y doloroso. Este año el 30 - 31 de octubre y 1 - 2 de noviembre se lleva a cabo el Festival de Tradiciones de Vida y Muerte, son fiestas para recordar a los fieles difuntos con música, danza, teatro, rituales, exposiciones, color y alegría.
Cerca de la entrada del parque se encuentran los flamencos rosas y guacamayas de hermosos colores. Más adelante, vimos nacer de innumerables huevos codornices abriéndose paso con sus pequeños cuerpos. Pasamos frente a señoritas y señores ataviados con sus trajes típicos en la hacienda mexicana y montando mansos caballos.
Había varios de estos animales en un establo junto a la iglesia de Guadalupe y como era de imaginar, Quiti tomó fotografías.
¡Qué puedo decir de esta iglesia! Quedamos totalmente asombrados cuando desde el atrio miramos hacia el altar...
Nunca habíamos visto nada parecido. La iglesia Nuestra Señora de Guadalupe está construída en desnivel y los anchos escalones de piedra conducen hasta el altar que se encuentra 5 o 6 m bajo la superficie, en lo más profundo de la roca.
Lo primero que se distingue es una virgen tallada en un árbol, con sus raíces leñosas extendiéndose hacia abajo. Había varias personas sentadas en los primeros bancos y al observar que estaban quietecitas bajé todos los escalones que me separaban de ellas para investigar. Primera sorpresa, el altar está rodeado de agua. Una pequeña cruz descansa sobre piedras de considerable tamaño y un puentecito de madera lo conecta con el resto de la nave principal. Todo ésto es imposible de apreciar desde la entrada.
Cuando giré para observar a las personas de los bancos ¡segunda sorpresa!, son siluetas de gente famosa de México. Delante de cada una de ellas hay un cartel con el nombre, fecha de nacimiento, actividad que desarrolló o en lo que se destacó, etc. Son personalidades como María Félix, Frida Kahlo, Benito Juárez, Pancho Villa, El Chavo y muchos más.¡Realmente impresionante! Es de destacar el respeto de los mexicanos por su héroes y artistas.
En una de las paredes, esculpida en la roca misma, la Virgen de Guadalupe y el indio al cual se apareció.
Subí los escalones hasta donde me esperaba Quiti, en el atrio, con mi corazón desbordado de alegría, admiración, incredulidad... Y agradeciendo a Dios el habernos permitido estar en ese lugar.
Apuramos el paso porque los tambores mayas estaban llamando al comienzo del espectáculo nocturno.
Hasta la próxima
Norma
Fotos
1) senderos de Xcaret
2) cartel indicador
3) niño en el acuario
4) cementerio
5) una de las tumbas
6) codornices naciendo
7) oración fuera de la Iglesia
8) hermosos caballos
9) vista del interior de la iglesia
10) escalones que bajan al altar
11) personalidades
12) otra famosa
13) altar iglesia de Guadalupe

1 comentario:

Graciela dijo...

Muy bueno el relato, que impresionante la iglesia, parece de una película, las siluetas, Frida Khalo, hermoso........ y si como decís M.M. que privilegio que Dios haya permitido que estuvieras ahí y poder contarlo a tus amigos, gracias por los relatos, es como si viajaramos todos, cariños, Grace.