Matrereando
-Hola , amigo Melitón,
de muy lejos he venido,
porque quedé sorprendido
en la última votación.
yo busco una explicación
sencillita y de alpargatas.
Sabe, yo comprendo agatas
soy flojo de entenderas:
¿Por qué la taba culera,
a muchos, los dejó en patas?
-Le voy a hablar, aparcero,
de las urnas. La lección
que nos han dado -¡atención!-
repica en el mundo entero.
Velay, cuando las abrieron,
comprobaron enseguida
que como en una estampida,
los votos para otros laus,
atropellaron, cuñau,
y hay quien sangra por la herida.
Vea Ud. parece cuento,
son los mismos que hasta ayer,
se jactaban del poder
y no tenían miramientos.
¡Cincuenta y cuatro por ciento
desataron las pasiones!
¡aumentaron los ratones!
- "¡Y a obedecer sin chistar!
¡o se me manda a mudar!
¡yo no doy explicaciones!"
Pero de pronto, amigazo,
la situación ha cambiau,
ganar no está asegurau,
la gente escapa del lazo.
¡A aguantarse el cimbronazo!
porque el pueblo con poder:
¡Sabe que puede vencer
cuando es libre y soberano!
¡Y en las sierras o en el llano
ha vuelto a reverdecer!
-¡Gracias, Melitón, amigo!
muy buena su explicación:
¡"en la próxima elección,
escapa el voto cautivo"!
-Una elección no es castigo,
es mirar para adelante,
y en un esfuerzo gigante
dejar atrás el pasau,
los rencores olvidaus.
¡y renacer al instante!
Melitón Sosa y "el sin nombre"
jueves, 22 de agosto de 2013
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