ESPAÑA ALLÁ VAMOS, UNA VEZ MÁS. AGOSTO 2016
Cuando salgo de viaje pienso en hacer una diario, pero el
cansancio se apodera de mí. Las caminatas desde muy temprano terminan con algún
aperitivo propio del lugar, una larga cena que invita a saborear los deliciosos
platos propios: el jamón crudo a la orden del día, el pulpo como si fuera
nuestro puchero de cada día, las aceitunas rellenas, la sardinada de San
Cayetano, son algunas de las comidas que tuvimos el privilegio de degustar en
Galicia. Ir a otro barcito para comer algo dulce y para esa altura de la noche
imposible hilvanar palabras para poder transmitir lo vivido.
Organizamos un viaje una vez
más. Rumbo hacia el pasado. La familia nos estaba esperando en Galicia.
Qué gente maravillosa. Cuánto nos parecemos. Disfrutamos de las pequeñas cosas:
la quinta, la granja, juntar los huevos frescos, observar cómo la gallina acompaña el
crecimiento de los pavos que vio nacer. Los raros pavos reales blancos, especie
bastante exótica por cierto. El vino casero, las frutas y verduras, acompañaron
nuestra estadía. Se sumaron parientes y los festejos de San Cayetano. La
alegría con la familia al disfrutar cada momento compartido me hizo recordar
las reuniones en casa de la abuela Marica en Tapalqué.
Era verano allá, el calor intenso no daba tregua. El sol iluminaba los campos cultivados por doquier. Nuestros ojos quedaban maravillados una vez más por tanta tierra fértil. Pero los incendios también se hacían ver, las campanas indicaban fuego en la montaña. Los vecinos salían a ayudar, muy solidarios. Enseguida se escuchaban los aviones hidrantes como sobrevolaban la zona. Todo formaba parte de este espectáculo.
El mar Cantábrico también nos cobijó, sus playas, sus olas y
su arena hicieron lo suyo para apaciguar las altas temperaturas. Estábamos en Laredo una
playa cerca a Santander. Un verdadero placer disfrutar de su verano, de sus
noches con comida y tragos típicos del lugar. Lo que más me impactó fue visitar
un lugar en dónde quise probar la sidra. Qué delicia, y mejor aún, tirada como
lo hacen ellos, alejando el vaso, toda una ceremonia.
Mauro con Pilar, sobrina de su abuela (primos segundos); y su esposo Paco |
Era verano allá, el calor intenso no daba tregua. El sol iluminaba los campos cultivados por doquier. Nuestros ojos quedaban maravillados una vez más por tanta tierra fértil. Pero los incendios también se hacían ver, las campanas indicaban fuego en la montaña. Los vecinos salían a ayudar, muy solidarios. Enseguida se escuchaban los aviones hidrantes como sobrevolaban la zona. Todo formaba parte de este espectáculo.
El mar Mediterráneo también
nos maravilló. El color del mar azul, es así azul, como se lo ve en
fotos, y la calidez de su gente hace que todo sea perfecto. Disfrutar de sus
tardes a puro sol no nos dejaba abandonarlo, pero nos esperaba Gaudí.
Gaudí se merece otro párrafo aparte. Qué increíble artista,
qué legado les dejó, o mejor dicho, dejó a todo el Universo. Su Sagrada Familia,
su Parque Güell, la casa Batló, La Pedrera son construcciones monumentales en donde se conjugan la arquitectura, el color, el arte en su mayor expresión. Además,
tuve la oportunidad de visitar la Pedrera de día y de noche, impresionante. Gracias
por tanto color, ingenio y versatilidad del material.
Seguimos viaje después de disfrutar Barcelona y con vehículo
alquilado nos dirigimos hacia el sur costeando el Mediterráneo. ¡Qué lujo!
Dejamos Valencia, Alicante, bellísimas por cierto. Y nos
adentramos en Granada, La Alhambra. Qué decir de este colosal complejo por sus
magníficos Palacios Nazaríes, la Alcazaba y el Generalife, que fueron
construidos alrededor del 1300, simplemente decir que son fantásticos,
increíbles, que deslumbran nuestra mirada por tanta belleza y atractivo.
También la visitamos de noche. Otro lujo!!!
Madrid, nos espera.
Pero es para la próxima.
María Ethel Spalletti
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