domingo, 9 de diciembre de 2007

Adiós

ADIÓS…
Qué extraña paradoja!!!
El médico de mi padre y de mi familia, estará aquí para despedirte.
Para acompañarte cuando caigas…
Aferrado tal vez a los recuerdos de su llegada a Tapalqué, fue el último en tenerte.
Al menos, no quedaste tan sola y olvidada…
Pero yo nunca me fui del todo.
Noche a noche, hasta en sueños, mi alma regresaba.
Nunca te dije adiós.
Cómo decirlo, si tenía hasta en la sangre las voces y las risas; los pasos y los ruidos…
Nunca escuché una música más bella que el golpear de la lluvia en tus aleros de cinc…
y la voz del viento sacudiendo tus puertas y ventanas.
Nunca un cielo más azul que el que veía desde mi habitación,
Jamás sentí más abrigo que el de tu cocina destartalada y vieja.
Ni aromas más exquisitos de café recién hecho, de sopas, de leña, de guisos cocinados por mamá en los crudos inviernos.
Nunca escuché canciones mal entonadas como las de mi padre, recorriendo mil veces el pasillo desde el comedor hasta el bar, desde el bar a la cocina…
-guitarrero, con tu cantar me vas llenando de luz el alma..”
Nunca conocí números más lindos que los de las habitaciones,
Ni baldosas más coloridas que las de tu patio,
Ni gorriones más alegres que los de tus aleros.
Se me pegaron fuerte los perfumes del tabaco y el alcohol…
Aún creo escuchar carcajadas desde una mesa de truco…
Aún veo pasar a mi padre llevando las valijas de los pasajeros…
Aún escucho al Negro, querido hermano, Villarruel, pidiendo:-SSSSssopa!!!!!!!!!!!!!
Aún oigo los pasos acompasados e inconfundibles del abuelo.
Y el traqueteo de la máquina de coser de mamá desde la pieza 6.
Aún veo a mis hermanos, a Carlitos y a Roberto Gaspari, pasar corriendo, con sus bicicletas,
El ronroneo del “cachivache”, el Rugby o Roll Roice, como le decía papá…
El rugir de las infinitas motos que armaba y desarmaba mi hermano en el galpón del hotel…
A don Daniel Gaspari buscando eternamente a Hilda (su esposa) en la cocina.
A los amigos de mi padre riendo, riendo, riendo siempre! Porque él llevaba la alegría pintada en el rostro y en su alma!!!
Todavía me parece que veo llegar al doctor Spreaffico, cruzando el zaguán para decir esas palabras que nunca me gustaron:-”tres días en cama…y dieta…”
Ya lo sé, el tiempo se lleva las cosas que amamos…
y debemos aprender a despedirnos…
Todo eso, lo sé.
Pero…¿ cómo hago para decirle a mi corazón, cuando te caigas abatida como una paloma herida, que no he de verte más?
Que nunca me podré asomar a la ventana de la pieza siete, refugio de nuestras andanzas, taller de teatro, circos y pinturas…
¿Cómo se hace para no llorar?
¡Por Dios cómo se hace!!!!
Esa esquina fue nuestra, y nunca nos iremos…
Si es verdad que existen los fantasmas… regresaremos…
Como una infinita sucesión de imágenes,
Volveremos…
Entonces imagino, que un vuelo de palomas solitarias como yo, ensayaran otro vuelo.
Y se llevarán, hacia lo alto, los sueños, las risas, las canciones y los buenos momentos que vivimos.
Mientras en una silla se quedan olvidados, un saco y una servilleta blanca.
Y en una mesa, una copa de vino, espera por mi…
De Beba Lapasta, para el Plaza Hotel
Un día de diciembre de 2007

4 comentarios:

Unknown dijo...

Muy emotivo, Beba! Gracias... Ezio

Unknown dijo...

Beba: Por haber compartido el viejo y querido barrio de la plaza, donde se encontraba el hotel de tu familia, este recordatorio me retrotrae a las epocas de mi infancia y juventud.- Gracias
Tito

Tapalqueneros dijo...

Beba: estuve leyendo tu artículo del adiós al hotel y realmente me emocionó muchísimo leerlo, pues en cada frase veía a través de tus palabras cada cosa que nombrabas o cada persona que allí vivió. ¡Cómo no recordar el enorme zaguán con su puerta de rejas, la esquina, el alero que nombrabas. Veo a tu papá (mi tío Batata), a Susy con sus pinturas, a tía Dora, Lito, al Negro con su chaqueta blanca, a nuestra abuela sentadita...a Poli corriendo...a nosotras, mamá, mi hermana y yo pequeñas, jugando, corriendo frente a la hermosa plaza que tiene nuestro Tapalqué. Todo quedará guardado profundamente en nuestra memoria...pero bien haces en compartir fotos, palabras, lugares...¡Gracias Beba, porque ese mundo fue también nuestro y queremos despedirnos del hotel, con vos.
Ana M.Pazde Patronelli
Tolosa- La Plata

quela dijo...

BEBA.me emocionò mucho leer tu despedida del Plaza, yo tambièn fui varias veces,mamà me mandaba a buscar a papi que se jugaba unos codillos con otros parroquianos, por porotos nomàs, nadie tenìa guita para hacerlo por plata. Y RECUERDO con nitidez sus baldosas con dibujos,tenìa todo el edificio un halo de misterio, que le ponìan las artistas de Orfilio,y recuerdo a tu tìa Marta que vivìa fente a casa, y yo cruzaba a teñirle el pelo.Viviò un tiempo en la casa de CHINCHU Y NEGRA, que cruzaban toLdo el tiempo, Negra a buscar a Luisito que edoraba al tio Fidel,,y Luis padre a hablar de polìtica con papà y de futbol, ambos expertos.-Un Beso