domingo, 11 de diciembre de 2011

Inquietud por la matanza de niños que se registra en el país

Omisión en el discurso presidencial
Cuando un presidente asume su mandato cada uno de los ciudadanos espera encontrar, en sus palabras, un esbozo de los proyectos tendientes a solucionar los temas que le preocupan. No es novedad, por artículos escritos anteriormente, la inquietud de este medio, por la matanza de niños que se registra en los últimos tiempos. Según las síntesis del discurso, leida en los diarios, no hubo ninguna referencia a esta desagradable realidad.

¿Es preocupante el tema como para que amerite la atención presidencial?
Una breve lista desde el mes de agosto -seguramente incompleta- dan una idea de la magnitud del problema:
* Candela, 11 años, Pcia de Buenos Aires.
* Tres niños de 4, 7 y 12 años, muertos en represalia porque la mujer no quería reconciliarse en Corrientes.
*Tomás, 9 años, Lincoln, Pcia de Bs. As.
*Gastón, 12 años, Miramar, Pcia de Bs As.
*Claudia, 15 años, Ciudad Evita, Pcia de Bs. As.
*Una nena de 6 años, muerta y un bebé de 9 meses herido, en Villa Regina, Río Negro.
*Micaela, 9 años y tres personas más, en La Plata, Pcia de Buenos Aires.
*Una niña de 6 años y su mamá, en Victoria, Entre Ríos.
*Exequiel, de 10 años , más madre adoptiva y abuelos, En Mendoza.

Según informaciones publicadas por organismos responsables 3 de cada 10 denuncias por violencia, involucra a menores de edad y una mujer es asesinada por día, en crímenes de género.

Según lo que muestra esta pequeña lista, el problema es nacional porque se registran casos en distintos lugares del país. Podrá argumentarse que las causas son disímiles es cierto, pero no se advierte que preocupe a los funcionarios, salvo buscar publicidad una vez que la situación es irremediable.

Urge pensar en planes a poner en vigencia en el corto, mediano y largo plazo, que no pasan por crear más comisarías ni nombrar más agentes, porque ellos empiezan a actuar cuando ya los chicos están muertos. Hay que crear equipos multidisciplinarios que estudien las causas que originan esta barbarie, para instrumentar medidas preventivas a través de la escuela, los medios de comunicación, internet y cuantos canales se puedan utilizar para hacer llegar a los hogares, mensajes que revaloricen la vida, especialmente de los sectores más vulnerables, como niños, jóvenes y mujeres.

Se podrá decir que es un problema coyuntural, si es así, hay que tratar que no pase a mayores; que es un tema cultural de difícil solución, en este caso, habría que empezar por reconocer que las máximas autoridades están preocupadas y luego convocar a las mentes más brillantes para que propongan acciones para solucionarlo.

Un ejemplo: en el año 1907 se sancionó la ley del padrinazgo presidencial para evitar la matanza del séptimo hijo varón que, según la creencia en algunas familias, luego se convertiría en lobizón. Fue una medida inteligente que posteriormente fue modificada, con el devenir de las costumbres, pero que terminó con una trágica costumbre ancestral.

Ahora hay que terminar con esta matanza que amenaza a los grupos más vulnerables. No se lo va a conseguir ignorando el problema. La omisión en el discurso presidencial es una deuda pendiente. Una buena economía no es un fin en sí mismo. Es un logro para que las personas sean más felices. ¿Pueden ser felices las personas cuando ven a su alrededor como matan a niños inocentes?
GSF


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