Despedida a Tomás Francisco Andenoche

El domingo, 4 de agosto, falleció Tomás Francisco Andenoche. Recibió cristiana sepultura en el Cementerio de Tapalqué.

Gladis Fittipaldi quien viajó con motivo de la infausta noticia, pronunció estas palabras en el momento de la inhumación:

"Un periodista se ha ido: Tomás Andenoche. Los que luchan por la libertad de expresión, lamentan su partida. Tapalqué sentirá su ausencia.

Lo conocí a Tomás cuando se inauguró La Palabra -en abril de 1981- y a partir de allí, por esas contingencias de la vida, fuimos compañeros de trabajo durante más de quince años. Inteligente, sagaz, con una capacidad para aprender inagotable, poseía una habilidad para escribir sobre temas populares, como pocas veces he visto en la vida.

Se enfrentó a la linotipo -que nunca había visto como funcionaba- con el mismo coraje y decisión con que enfrentaba las distintas dificultades de la vida. Cuando las máquinas de La Palabra dejaban de funcionar, salía Tomás con destino desconocido. Al rato regresaba con la solución: un herrero, un tornero, un mecánico, un experto para que formara un nuevo linotipista. Y en poco tiempo más, el semanario La Palabra, ya estaba nuevamente en la calle.  

Y cuando pasó a "La Palabra Hoy", tuvo que enfrentar otro gran desafío: sentarse frente a una computadora  y dominar su nueva tecnología. Lo resolvió con dedicación y esfuerzo y con esa inteligencia natural que Dios le  había otorgado.

Ese coraje para enfrentar las dificultades, tal vez lo heredó de su padre, de quien los criollos de la época solían decir: "¡Guapo, guapo era Juan Andenoche!" Tomás tenía esa férrea voluntad para vencer los escollos y seguir adelante.

Y hoy Tomás se ha ido y se ha apagado su palabra clara y valiente. Por su lealtad, por su dedicación al trabajo, por su destacada vocación gráfica, por su dimensión periodística, y por tantos años de trabajo compartido, he viajado para despedirlo. 

Tomás Andenoche, descansa en paz