Rumbo al sesquicentenario: "Huellas en el tiempo" Salpicón de ideas de Pantaleón Álvarez Ávila

Esta vez "Las Huellas en el Tiempo" nos llevan hasta un libro de poemas. Se trata de "Salpícón de ideas" de Pantaleón Alvarez Avila. Según el pie de imprenta, el libro se terminó de imprimir en los Talleres Gráficos "El Camino" de Tapalqué, el 6 de abril del año 1970.  Dice el autor, entre otros conceptos: "Una sucesión de ideas va marcando el ritmo de este libro. Una variedad de pensamientos se van sucediendo en cada página. Una variedad de coloridos matices van alfombrando el predio de estos versos. (...) Y al apretar los labios sobre estos retoños de mi alma, los despido para lanzarlos a la vida, en busca de calor y de refugio"

El libro está dividido en tres partes: "Sonetos y variaciones";  "Motivos de Tapalqué"; "Hacia el campo".  Poeta nato, Pantaleón Alvarez Avila, escribe en una forma sencilla, intimista, con ritmo y armonía. Se advierte que los versos le surgen espontánea y naturalmente, sin necesidad de forzar la rima. Están impregnados con un fuerte sabor de nostalgia, un ascendrado amor al suelo natal y a las costumbres de la zona rural y un reconocimiento a sus padres que le inculcaron los valores que se ponen de manifiesto en toda su obra. Sus palabras transmiten la paz interior que anima al autor. : "Cada verso que asoma en este libro, es un pedazo de mi vida. Que hubiera sido de mí, sí con esta profunda vocación que me dictó el destino, no hubiera existido este lejano y querido rincón para apagar la sed de mis ensueños. Dichoso de mí que en el camino estabas tú, enclavado en la tierra, señalandome las rutas y los caminos. Y estabas tú para enjoyar mis versos y encender esta tea en mi cerebro. Por todo esto yo te canto TAPALQUË y te ofrezco, con toda humildad, la sencillez de este libro." 

De la sección dedicada a Tapalqué, transcribimos fragmentos de distintos versos, para conformar aquí un "Salpicón de idea" como proponía Pantaleón Alvarez Avila.

¡Qué anchurosas son tus calles,

qué hermosas son tus veredas.
Qué remotos lo  balcones
de tus casa solariegas 
Qué sombra dan al viajero
tus frondosas arboledas!
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Has cumplido tus años y yo ausente.
Lejos del tibio hogar, lejos del predio,
y no tengo en mi haber otro remedio
que ofrendarte sincero este presente.
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¡Quien puede olvidar tan pronto
aunque se encuentre tan lejos,
lo que sustenta una vida 
y alas le pone al cerebro!
Pocos habrá como yo
que adoren tanto a su pueblo.
Que sueñe con ese arroyo.
 y el entonces puente nuevo
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Querido Tapalqué. Mi amor profundo,
va en este verso con afán sincero.
Jurando que te guardo y que te quiero
sobre todos los ídolos del mundo.
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Y hoy con los años a cuesta ,
ya nevado mis cabellos
me van arriando de a poco
los minutos del silencio.
Es por eso quue ahora vuelvo
sobre tus mismos senderos 
a darte un beso profundo
Tapalqué de mis recuerdos.

Y así se podría seguir, versos tras versos con el mismo amor al terruño. "Aquella tarde lejana/ que abrió mi puerta el destino / se hicieron anchas mis alas/ y se hizo triste el camino. // Eché la vista adelante/ y atrás un hondo suspiro, /como un adiós sin respuesta/ a mi pueblo tan querido. "

  Algo debió tener este Tapalqué del siglo pasado, para que sus hijos, aún teniendo una mejor calidad de vida en las grandes ciudades, no lo olvidaran y lo mantuvieran vivo en su recuerdo. Sin duda esos aires de amistad, hermandad, familia, cariño y  respeto fueron componentes esenciales

GSF