Inundaciones en la provincia de Buenos Aires

Se continúa hoy con el recuerdo de la inundación de 1980. Allí se refleja el camino que debe emprender todo inundado cuando debe abandonar su vivienda. El que nunca ha vivido un suceso similar, primero lo toma livianamente, como una experiencia inédita. A medida que se le van inundando todos los lugares donde se refugia, su única esperanza es salvar la vida. Y cuando el agua se retira y puede volver a su casa, sólo queda en su memoria un agradecimiento -de por vida- a todas las personas que los ayudaron y les abrieron las puertas de su hogar. Imaginemos, por un momento, lo que debe sufrir una familia que se inunda periódicamente y que ve transcurrir su existencia, sin que le solucionen el problema. Por lo tanto, nadie debería permanecer indiferente ante la emergencia en que viven los hermanos argentinos.
El objetivo de publicar estos recuerdos de la inundación del 80 y  de la parte siguiente del artículo de Ameghino, es para que al retirarse el agua, la gente no olvide las inundaciones. Los  ciudadanos deberían averigüar -antes de votar- cual es el proyecto que tienen los candidatos políticos para abordar una solución integral. Si así sucediera la reiteración de estos artículos habría cumplido su fin.
GSF
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