Lejos del pago, paisano,
galopiando sin cesar,
se me ocurrió visitar
a un amigo, casi hermano.
Apuré al orejano
porque estaba lloviznando.
Vi a mi amigo caminando
entrar en el municipio.
Y ésto, es solo el principio
de lo que le estoy contando.
Desmonté y presuroso
entré en el aposento,
un acto vide al momento
y me acerqué cauteloso,
gorra en mano, respetuoso,
ví a mi amigo conmovido,
me dijo bajo, al oído:
Es por Malvinas, cuñau.
Pa homenajear al soldau,
aquí, nos hemos reunido.
Como estaba llovedor,
allí dejaron las palmas,
a mí se me estrujó el alma
al ver tanto desamor.
Busqué un soldau ¡Sí, señor!
pa´ abrazar emocionau,
vi altos, bajos, cuadraus,
pelados y melenudos,
unos con cara de c....
y otros mirando a un costau.
¿Homenaje a las Malvinas
sin presencia de ex-soldaus?
¿No los habrán invitaus?
me pregunté con inquina.
Y me fui de la rutina
de un acto sin fundamento.
Lo que sufrieron, no es cuento,
¡eran jóvenes valientes!
¡Si ellos no están presentes
no hay reconocimiento!
Melitón Sosa
lunes, 15 de abril de 2013
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