viernes, 18 de septiembre de 2009

Matrereando


Cuando la T.V. miraba,
Hilacha, escuché una historia
y se vino a mi memoria
algo que Ud. nos contaba.
Era cuando matrereaba
relatando algunos males,
cuando la plata a raudales
se había volau , aparcero,
Un jefe, dijo mañero,
¡son resentidos sociales!

Y anoche cuando contaba
un señor muy apenado
porque le habían negado
el remedio que buscaba.
Y como se encadenaba
para mejor protestar
-este es un hecho real-
un hombre bastante necio,
va y le dice con desprecio:
¡Es resentido social!

El que un remedio pedía
cuando un mal lo aquejaba,
se lo descalificada
aunque mucho padecía.
Y con crueldad le decían,
ante ese hecho crucial,
una respuesta brutal
como en forma de proclama:
¡el que un remedio reclama
es resentido social!

Y ahí se hizo la luz
adentro de mi cabeza.
No era ninguna torpeza
ni hacen como el avestruz.
Es un método ¡Jesús!
para tenernos callaus.
Y no les crea, cuñau
si acusan de resentidos.
¡Los 25 se han ido
y nadie los ha encontrau!

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