domingo, 31 de octubre de 2010

"Viajar es vivir" - Bahía - Brasil



1ª Entrega
Hola gente! Quería contarles sobre el maravilloso viaje que realizamos recientemente a Brasil. Por supuesto, con nuestros amigos Chiche y Eduardo, con quienes el año pasado fuimos a Buzios.
Esta vez el destino fue Bahía, al noreste de Brasil. Su capital es Salvador de Bahía, fundada como Sao Salvador da Bahía de Todos os Santos. Fue la primera capital del país. (luego fue Río de Janeiro y por último Brasilia).(foto 1). Su fecha de fundación es el 29 de marzo de 1549. Tiene casi 3.000.000 de habitantes, siendo la ciudad más poblada del Noreste de Brasil, la 3ª más poblada del país y la 8ª de toda América Latina (después de Sao Paulo, México DF, Buenos Aires, Lima, Bogotá, Río de Janeiro y Santiago de Chile).
Recibió apodos como Capital de la Alegría (debido a los enormes festejos populares) y Roma Negra, por ser considerada la metrópoli con el mayor porcentaje de negros localizada fuera de África. (foto 2).
Volamos por ANDES, línea aérea argentina a las 7 am. A las 4 estábamos en Ezeiza.
Confieso que con algo de desconfianza, temor e incertidumbre crucé el inmenso hall del aeropuerto. Claro, después de la experiencia con la srta. GOL que no me permitía viajar el año pasado por mi documento "viejito", no estaba muy segura de poder salir airosa de esta situación. Con todos los papeles en una mano y mi DNI "a estrenar" en la otra hice la correspondiente fila frente a la srta. ANDES (le tengo un poco de recelo a las señoritas uniformadas).
Coloqué mi identificación delante de sus ojos y me dediqué a esperar. Lo miró, lo examinó en una computadora y... ¡prueba superada! Mi sensación primera fue de orgullo y satisfacción como cuando rendía finales en la facultad. Sentí su aprobación tácita, y la sorpresa final cuando cotejó el documento de los otros 3: "van a tener que actualizarlos". Ja-ja-ja. ¡Por fin se equiparaban las cosas! Igualmente no les hicieron problemas para viajar, sólo aconsejarles que renovaran el documento.
Detrás nuestro en la fila, a una señora que iba con su familia a Itaparica no la autorizaron por este motivo y tuvo que quedarse. (No debe haber leído mis notas anteriores en el blog donde me explayé y dejé sugerencias para los futuros viajeros).
En fin..., Chiche me tomó del brazo para afrontar el último escollo: la escalera mecánica. De a poco fui tomándole, no diría cariño, pero mi actitud fue más positiva y con algo de simpatía. Igual eso no significa que se me pasara la fobia como por arte de magia. En los otros aeropuertos directamente tomé la fija que estaba solita y abandonada al lado de la moderna. Pude optar, por suerte.
El avión salió con 30' de demora pero igual no alcanzó a 4 horas de vuelo. Una pinturita. Cuando por altavoz anunciaron que estábamos a 17' de aterrizar en Salvador y que el comandante fulano de tal nos agradecía por haber volado con ellos, surgió espontáneamente un cálido aplauso para toda la tripulación. Nunca había visto algo así. (lo mismo sucedió al regreso).
Olvidé decirles que este vuelo estaba lleno de crianças (niños) de todas las edades. Antes de salir pensé que tal vez lo piloteara Piñón Fijo o Pipo Pescador, y que íbamos en viaje de egresados de un jardín de infantes a Disney o algo parecido. Padres muy modernos; llevan los bebés en brazos como si tal cosa. ¿no les dolerán los oídos como nos ocurre a la mayoría? Los tiempos cambian...
El Aeropuerto Internacional de Salvador se llama Diputado Luis Eduardo Magalhâes. Lindo tipo, al menos por lo que se puede ver en un busto de bronce que está en el hall de entrada. Debe haber hecho algo bueno para que le pongan su nombre. ¿no? Allí nos demoramos como una hora pues para hacer migraciones sólo estaban habilitadas 2 cabinas. La Policía Federal estaba trabajando a reglamento ¡me resultó familiar esta situación, un déjà vu! (foto 5 ).
En la misma fila había gente que había llegado en otros vuelos y tenían que hacer escala rumbo a Maceió, Recife, Natal. Alguien conocido públicamente, bronceado y con un peinado "raro", Juan Manuel de la Sota.
Por supuesto, y como no podía ser de otra manera, Quiti también se encontró con un amigo de La Plata que se dedica a la política, Alberto Delgado. "Hola Alberto, cómo andás? ¡Hola Quiti, tanto tiempo!... Sí, ... me acuerdo de las fiestas en la Cantina Italiana... Vine a pasar una semana con la familia aquí, en Salvador..." Más o menos éste fue el diálogo que mantuvieron.
En la ventanilla de Aduana nos atendió cuando llegó nuestro turno un señor muuuuyyyy morocho, por no decir mulato, y al cual no se le entendía lo que "falaba" (hablaba). Portugués cerrado, rápido, que aún me cuesta traducir in mente. Creo que quiso decir que para ellos es más práctico y rápido cotejar las identidades con el nuevo documento digital. Me sonrió dejando ver sus dientes blanquísimos por ser la única del grupo que tenía todo en regla. Ejemmm...
Hasta la próxima!
Norma.

1 comentario:

Graciela dijo...

Hola Norma, muy bueno el relato, sobretodo la clase de geografía, jajaja, te felicito por el DNI, fuiste el ejemplo!!!!!!! muy bien por pasar tranqui la escalera mecánica, seguro que en el próximo viaje la vas a amar, cariños y espero las siguientes historias, chauuu..........