(Última parte)
Llega la parte final
Contumacia: el procesado
decide no ir al juzgado.
Si es un juicio penal
y no se quiere presentar,
la imputación delictuosa
pronto le cava la fosa,
se lo llevan detenido
cual si fuera un forajido
por su conducta mafiosa.
En este caso, aparcero,
y no lo tome Ud a mal,
el oso es el animal
tras las rejas, prisionero.
Con su proceder mañero
gota a gota roba miel,
así engorda a su placer,
come de todo a su antojo,
después junta los despojos
y no para de crecer.
Pero suele suceder,
si alguien quiere chantajear,
junta gente y va a escrachar
a las puertas del poder.
Quiere ventajas tener
y privilegios feudales,
atesora sus caudales,
compran campo ¡compañero!
y giran al extranjero ,
lo que les sobra ¡a raudales!
Pero ¡ojo! los animales
tienen gestos instintivos
y permanecen cautivos
de costumbres ancestrales.
Hay hombres que son bestiales.
Ese burrito cansino
al que un viejo ladino
lo tiene esclavizado,
es el pobre aprisionado,
por intereses mezquinos.
Esperemos, mis amigos,
ver los chorros tras las rejas
y no observar que se alejan
en libertad y sin castigo.
El tiempo ha de ser testigo:
y aquéllos que hayan robado,
terminarán acabados,
de a pie y sin escuderos.
¡Ese es el país que quiero,
con la "fauna" renovada!
(*Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia... glup...)
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