miércoles, 18 de enero de 2012

Un día inolvidable en el Balneario de Tapalqué


Los autos se desplazaban raudamente. Desde distintas direcciones -algunos del Norte, otros del Sur- pero todos con la misma velocidad, acudían al reencuentro. El lugar de la cita: el Balneario Municipal de Tapalqué; el motivo: festejar la llegada de Nano desde las heladas tierras nórdicas.

Y allí los encontró el domingo. Mientras el cordero se doraba lentamente en el asador, los comensales acortaban la espera con el mate y la charla animada. Había mucho por conversar para cubrir los acontecimientos desde la última visita.

El día se mostraba propicio a tan grato acontecimiento y el clima veraniego certificaba que se había acertado con la elección del lugar.

Ese Balneario Municipal que los albergó tantas veces en la etapa infanto- juvenil, los recibía nuevamente con la misma generosidad que en épocas pasadas. Los mismos árboles, las mismas mesas, la misma compuerta. Sólo el agua clamaba por un tratamiento purificador que disminuya la contaminación sufrida y que incluya los adelantos de la ciencia y de la técnica.

Y allí estaba el homenajeado, junto a su mamá, Graciela y Víctor; sus primos Lourdes, Carlitos, Jorge,, Hugo, Guri, Néstor, con sus respectivas familias, algunas completas, otros con solo los que habían podido venir, junto a la mirada cariñosa de los mayores: Dora, Negra y Gladis.

¿Qué magia esconde el Balneario que hace que uno se sienta libre y feliz con solo llegar?

Seguramente viene desde el fondo de los tiempos. Mucho tienen que ver sus fundadores que, inspirados en los más sanos principios democráticos, crearon un lugar para todos: ricos y pobres, analfabetos e instruidos, bien empilchados o con las ropas raídas. La gente, ni bien pisa el lugar, sabe que el lugar le pertenece y que allí están sus hermanos, con los cuales compartirá un día de recreación, aunque no conozca sus nombres. Sabe que todo pasa y se olvida y solo quedan en la memoria, los nombres de los que mejoraron el Balneario y lo engrandecieron.

El Balneario Municipal es un monumento a la Naturaleza, desde sus comienzos. Vida sana, árboles y peces, pájaros y flores reinan en el lugar. Por favor, purifiquemos sus aguas y no le agreguemos más cemento. Nada más que el indispensable para que la Naturaleza fluya en todo su esplendor.

La depositada
A media tarde se largó la depositada. Los nadadores J. N1, N2 y G. como en los viejos tiempos, solo que más canosos y pelados, se largaron intentando ocupar el podio triunfal. Y, finalmente, todos fueron ganadores, en ese momento inenarrable que les ofreció la vida.

Volver
Cuando la tarde caía, llegó la hora de volver. El día se había agotado, pero en todos resplandecía una sonrisa a pleno, por el grato reencuentro.


Fotos: Rocío Suárez

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