Formamos parte de una familia que le gusta escribir. Hace un tiempo formamos un Club, cuyos
integrantes, se dedicaba a escribir cuentos. Al principio nos habíamos organizado fantásticamente bien. Contábamos con una grilla que nos indicaba el día que teníamos que mandar la obra, se aprobaba, aparecía publicada y todo marchaba sobre rieles.
Hasta que un día se nos cruzó un cuzco en el camino y todo se desbarrancó... Pero como somos persistentes buscamos alguna forma de organización más simple que nos permitiera seguir escribiendo. Y en eso estábamos cuando nos llegó un artículo sobre escritura terapeútica donde se comentaba cuanto bien le hacía a una persona, especialmente si vive sola, escribir todos los días un párrafo. Y sin ánimo de hacerle competencia a mi nieta que es psicóloga, ya se empezó a formar un nuevo Club del Cuento.
Y este sería el primer paso:
*Toda persona tiene en su memoria anécdotas familiares que le da pena se pierdan cuando no quede nadie de la familia.
*Toda persona que encuentre placer en la escritura, puede enviar su trabajo.
*Se puede escribir con el nombre real o seudónimo.
*Nos interesa más el argumento que la forma en que está escrito.
*No es un concurso literario, es escribir por al placer de escribir.
*Los que desean que se los corrija un poco (por arribita) debe solicitarlo especialmente y enviar autorización.
*Debo confesar que antes de publicar estas líneas ya llegó el primer trabajo, para no llenarme de méritos que no me corresponden.
*Aunque la experiencia dure un mes o dos, ya vale la pena. Después ya inventaremos otra forma de escribir.
*Cuando logre dominar el programa nuevo, en el que enviaron el primer trabajo, lo publico.
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