viernes, 28 de enero de 2011

Chistecitos humildes

Un carnicero pone un gran cartel en su vidriera:
"Carne contaminada"
Una señora pasa y le dice:
-¡Es repugnante lo que usted hace!
-¡Pero no, señora! ¡Esto es solamente para engañar a las moscas!
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Un periodista entrevista a un cirujano:
-¿A qué edad realizó usted su primera operación?
-A los seis años.
-¡Impresionante! ¿Y qué operación era?
-Una suma.
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Durante un match de boxeo, un espectador exclama:
-¡Vamos, Marcelo! ¡Hay que romperle los dientes!
Un vecino de asiento le pregunta:
-¿Usted apostó por Marcelo?
-No, yo soy el dentista de su rival.
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En una tienda, María le pide a una vendedora:
-Querría probarme aquel vestido que se ve, con encaje, en la vitrina.
-Eh... ¿no preferiría usted probárselo en un probador?
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Volviendo de la escuela, José le dice a su madre:
-Yo hubiera querido ser un hombre prehistórico.
-¿Por qué, hijo?
-Así habría tenido menos historia que aprender.
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La mamá del nene le pide al farmacéutico:
-Doctor, déme otro frasco del jarabe que llevé ayer para mi hijo.
-Pero, señora, ¿ya no le queda más?
-¡Y no! Para convencerlo de que tomara una cucharada, tuvimos
que tomar una yo, otra mi marido, otra mi mamá, otra la vecina,
otra el perro...
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En la montaña, un turista perdido toca la puerta de una cabañita:
-¿Hay alguien aquí?
-Sí, responde un niño.
-¿Está tu papá ahí?
-No, el salió justo antes de que entrara mamá.
-Entonces, ¿ahí está tu mamá?
-No, ella salió en el momento en que yo entré.
-Pero, ¿en esta familia no están nunca juntos?
-Aquí, no. ¡Éste es el baño!
M. M.

1 comentario:

BEBA dijo...

Los estaba extrañando!Gracias!