sábado, 8 de enero de 2011


Nuevas emociones
Apenas tomé conocimiento de tu existencia se estremeció mi corazón.
No nos conocíamos aún, pero supe que te iba a amar por el resto de la vida.
Lloré... ¡no sabés cuánto! Sensaciones raras; emociones contrapuestas; lágrimas nuevas que no pude catalogar en ninguno de los escalones en que divido mis llantos. ¡Claro!, eran nuevas lágrimas aún no calificadas; era un nuevo llanto que partía mi corazón y nublaba la vista; era todo a estrenar...
Después reí, y ésto me descolocó. Me sentí indefensa, no pudiendo manejar mis emociones que se disparaban en una u otra dirección. Y cuando las situaciones me superan no sé cómo reaccionar.
Fui a tu encuentro. A que nos conociéramos mutuamente...
Te acaricié con mi mirada primero, tomé tu mano y en un trémulo beso sobre tu frente deposité todas las bendiciones enviadas por los dioses del Olimpo; los del Olimpo de los doble T que velan por todos nosotros; por los que estamos aún y por los que recién llegan...
Una lágrima mía rodó por tu mejilla humedeciéndola. Vos ni te enteraste. Me ignoraste totalmente. Duerme, ángel; en la tibieza del regazo materno y con la inocencia de tu carita cincelada por Dios. Me enamoré perdidamente.
Encadené mi vida a la tuya en un instante de magia. Luego, partí.
Justo a tiempo para despedir a otro ángel que velará tus sueños por siempre.
Cuando crezcas podrás comprender el real significado de estas palabras que hoy te escribo.
Te amo, Joaquín.
Tu abuela Norma

2 comentarios:

Graciela dijo...

SIMPLEMENTE HERMOSO Y EMOCIONANTE, MEJOR EXPRESADO IMPOSIBLE, FELICITACIONES ABUELA, UN BESO.

Un dìa de mièrcoles dijo...

Es hermoso. La verdad a uno lo dejan sin palabras. Gracias madre. Por cuidarme y ahora cuidar a tu nieto. Muchas Gracias!!!