martes, 5 de noviembre de 2013

El recuerdo al escritor Rafael Darío Capdevila, en el Sesquicentenario de Tapalqué

En febrero de 2004 aparecía "El Habla Paisana", obra del escritor Rafael Darío Capdevila, orgullo de las letras en la ciudad y en el país todo.
"Si la palabra es la morada del ser", como acertadamente dijera Martín Heidegger, en su libro "Camino a la Palabra", "El Habla Paisana", es el lenguaje de los que constituyen la entraña de un pueblo, los guardadores de lo tradicional, los que conservan la majestad medular de una estirpe y acreditan el valer de esta en las palabras, en los usos y los atuendos", dice Capdevila en el prólogo del libro citado. "En ese habla cantan la esencia, el jugo nutricio, el tuétano de una raza donde late el más recóndito sentido vernáculo de lo argentino raigal. Y es la custodia perenne del sagrado espíritu de un linaje que, parangonando a Cervantes, puede afirmar: "Soy de la estirpe mejor/ que el cielo y la tierra crían" 
 Y agrega Capdevila en el párrafo final del prólogo: "La pasión por nuestra tierra y el amor por su gente, engendraron esta nuestra voluntad de bucear constantemente en las más expresivas formas de su lenguaje. Y porque el lenguaje es vida, proféticamente, la Biblia, comienza diciendo: "En el principio fue el Verbo". Y lo será hasta el fin del mundo."

Ya hemos realizado, en otras oportunidades y en distintos medios, el comentario de "El Habla Paisana" un libro de más de quinientas páginas, que debería estar, al menos, en todas las bibliotecas de la provincia de Buenos Aires.
Es una obra  inteligentemente elaborada, que en forma amena, sencilla e interesante, al alcance de todas las personas que saben leer, explica los significados de las palabras camperas, pero no de manera directa, como en un diccionario, sino con refranes, modismos, décimas, sonetos, cuartetas, relatos y cuanta expresión literaria contribuya a ilustrar mejor los vocablos que aparecen por orden alfabético
Para dar una idea de lo que se habla, va un ejemplo: la palabra Rancho. El autor hace una explicación y remite a la fuente: "El Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra" de Carlos A. Grau; agrega una poesía: "El rancho" de Marcelo Altuna; citas propias -de Rafael Darío Capdevila- en "Cuentos del Caminante" y en "Regreso del Paraíso"; otra poesía "Rancho" de Julián Silva Linares de 1928; otra "El Rancho" de Teodoro Palacios; otra "El rancho sólo" de Camilo U. Pérez Risso; otra "El rancho de las visiones" de Juan Quiroga y hasta un párrafo de una nota de M. García a Rosas en 1828. Se obtiene así una amplia visión de cada palabra, desde distintos ángulos y da una idea del trabajo y la amplitud de los conocimientos de Capdevila. ¡Hay que saber en que autores gauchescos se puede encontrar algo sobre un término!  
Pero hay algo más importante aún. Los valores del hombre de la tierra trascienden toda la obra, más allá de los relatos y anécdotas, que hacen agradable la lectura. Al paisano lo define como: "persona de campo que sigue usos y costumbres del criollo" y del criollo dice: "es noble, generoso, honrado, leal, valiente. Flor y nata de nuestro ser argentino y orgullo de nuestra prosapia". El inmigrante cuando llegó a estas tierras adoptó muchas de esos valores y costumbres y a su vez trajo un bagaje cultural que enriqueció la cultura criolla, produciéndose una importante interacción entre unos y otros.
Es imprescindible recomendar la lectura de "El habla paisana", -"entraña de un pueblo" al decir de Rafael Darío Capdevila- a niños, jóvenes y adultos, para que esa cultura criolla, enriquecida por los aportes de otras colectividades, no se pierda en el tiempo y continúe con la formación de las nuevas generaciones como lo ha hecho hasta el presente .
GSF    

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 Nota: Mientras estuve en Tapalqué, corría subrepticiamente la noticia que una persona afincada recientemente, había promovido una reyerta en un Club, actitud lamentable, porque los clubes siempre han sido respetados y elogiados por el comportamiento de sus concurrentes.
 A los que traen estas costumbres belicosas de las grandes ciudades, la condena, -a manera de "probation"(1)- debería ser la lectura obligatoria de libros que, como sucede con "El Habla Paisana", transmitan los valores y costumbres del lugar, para que no nos cambien el futuro.


(1)El elemento esencial de La Probation es como método de reeducación del delincuente: un plan de conducta en libertad adaptando la respuesta del derecho penal a las circunstancias que rodean al hecho, las condiciones personales del imputado y a la posibilidad que brinde la comunidad o el sistema social.  

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