domingo, 19 de octubre de 2014

Poesías en el Día de la Madre

Duerme
La madre ha logrado
dormir a su hijito.

Una obra maestra
de pequeños suspiros
de menudas palabras,
de amenazas, de mimos,
de dulces cancioncillas,
de voluntad, de instinto.

No respiremos casi.
El niño,se ha dormido.

 Baldomero Fernandez Moreno

Amor filial


 Yo adoro a mi madre querida,
yo adoro a mi padre también;
ninguno me quiere en la vida
como ellos me saben querer.

Si duermo, ellos velan mi sueño;
si lloro, estan tristes los dos;
si rio, su rostro es risueño:
mi risa es para ellos el sol.

Me enseñan los dos con inmensa
ternura a ser bueno y feliz.
Mi padre por mi lucha y piensa;
mi madre ora siempre por mi.

Yo adoro a mi madre querida,
yo adoro a mi padre también;
ninguno me quiere en la vida
como ellos me saben querer.
Amado Nervo

El consejo maternal

Ven para acá, me dijo dulcemente
mi madre cierto día;
(aún parece que escucho en el ambiente
de su voz la celeste melodía).
Ven, y dime qué causas tan extrañas
te arrancan esa lágrima, hijo mío,
que cuelga de tus trémulas pestañas,
como gota cuajada de rocío.
Tú tienes una pena y me la ocultas.
¿No sabes que la madre más sencilla
sabe leer en el alma de sus hijos
como tú en la cartilla?
¿Quieres que te adivine lo que sientes?
Ven para acá, pilluelo,
que con un par de besos en la frente
disiparé las nubes de tu cielo.
Yo prorrumpí a llorar. Nada, le dije;
la causa de mis lágrimas ignoro,
pero de vez en cuando se me oprime
el corazón, y lloro.
Ella inclinó la frente, pensativa,
se turbó su pupila,
y, enjugando sus ojos y los míos,
me dijo más tranquila:
- LLama siempre a tu madre cuando sufras,
que vendrá, muerta o viva;
si está en el mundo, a compartir tus penas,
y si no, a consolarte desde arriba...
Y lo hago así cuando la suerte ruda,
como hoy, perturba de mi hogar la calma:
¡ Invoco el nombre de mi madre amada,
y, entonces, siento que se ensancha el alma !

Olegario Victor Andrade
(1839-1882)

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