martes, 31 de mayo de 2011

"Viajar es vivir"


3ª parte
Al entrar a la habitación nos encontramos con un elefantito sobre la cama. Todos los días teníamos un adorno distinto realizado con toallas. ¡muchas gracias a las mucamas que eran las encargadas de este detalle!
Esa primera noche cuando íbamos al restaurante para cenar, al pasar por el lobby, vimos una fiesta muy linda y alegre. ¡Todos (de todas las nacionalidades) bailaban y hacían el famoso "trencito" al compás de la música de Rodrigo. ¡Sí, nuestro cuarteto cordobés! Interpretado en esta ocasión por un grupo musical de allá en vivo. No sé si los alemanes o canadienses, por citar a algunos, conocían esta clase de música, pero es tan pegadiza que bailaban sin parar antes de ir a cenar. Muy lindo y simpático... De no haber estado tan cansados también nos hubiéramos "prendido" con el bailongo.
Todas las tardes- noches a partir de las 18:00 aproximadamente, había distintos grupos y solistas en vivo que entretenían a los huéspedes en este mismo lugar.
El hotel cuenta con 386 habitaciones distribuidas en 6 edificios de 3 pisos cada uno. Posee 5 restaurantes, siendo El Porche el principal que se encuentra junto al lobby. También cuenta con 3 bares: La Cumbia ubicado al lado del teatro al aire libre; Las Olas, situado junto a la piscina principal, y por último el Lobbybar que permanece abierto desde las 10:30 am hasta las 7:00 am. Además, el minibar ubicado en cada habitación.
Por las mañanas, después de desayunar, a eso de las 9:00 estábamos en la playa.
Sin palabras...
Arena blanca y fina como talco; agua cálida y de distintos tonos de turquesa y azul hasta confundirse en el horizonte con el mismo cielo.
Infinidad de reposeras bajo la sombra de las palmeras para quienes quieren estar más protegidos. Allí uno va bronceándose sin darse cuenta; el sol no es abrasador y se puede estar todo el tiempo así... sin pensar en nada..., sin hacer nada....
El agua transparente y cálida es espectacular.
En la playa, gente de todas las edades y físicos. ¡Mucho topless! Llamó nuestra atención que no lo hacían las jovencitas (que tienen todo firme, en su lugar y sin celulitis), sino señoras de más de 40, 50... ¡y de 70 años! Sin ningún problema ni prejuicios. Seguramente europeas por lo modernas.
Hay un detalle que quiero destacar y que me parece sumamente importante: al lado de la piscina, en el lugar donde se entregan las toallas para la misma o para la playa, hay una biblioteca al aire libre; varios estantes a la vista de todos llenos de libros y revistas. Los huéspedes pueden retirarlos y leerlos durante su estadía, y además se encuentran en varios idiomas.
Me produjo un regocijo interior muy peculiar. Yo, que viajo siempre a todos lados con varios libros en la valija, me sentí gratamente sorprendida.
A los que les gusta leer desde siempre, podrán entender. Me daban ganas de aplaudir...!
Si Mahoma no va a la montaña...
Hasta la próxima
Norma

5 adorno con toallas
546 piscina principal
549 vista a la playa
643 playa
555 reposeras bajo las palmeras
566 playa
645 playa
650 playa

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