domingo, 9 de octubre de 2011

Viajar es Vivir: Boda en la playa



Un día en el hotel mientras almorzábamos en el restaurante Turquesa con los chicos de General Pico, vimos movimientos cerca nuestro que despertaron mi atención. Seguí con la vista a un empleado que se dirigía hacia la playa con arreglos florales en sus manos. Y como no podía ser de otra manera, me incorporé de mi silla y lo seguí.
Había un caminito delimitado por cintas que salía desde un costado del restaurante hacia la playa; a poco más de 50 m.
En el extremo de ese caminito, sobre la arena, se encontraban tres hombres, bajo lo que sería una pérgola adornada con flores de distintos colores. ¡Sí, era una boda en la playa! Uno de los señores representaba a la autoridad civil de México y los otros dos, impecablemente vestidos, eran novio y padrino. Iniciando la marcha por el sendero marchaba la novia y la madrina...
Me acerqué lo suficiente para tomar fotos, pero tratando de no perturbar ese momento mágico. En un costado, dos señores con un equipo de música eran los encargados de reproducir la Marcha Nupcial. ¡Fue todo muy emocionante! Cuando se intercambiaron los anillos y fueron declarados "marido y mujer" me puse a aplaudir frenéticamente... He visto bodas en la playa en la tele o en películas, pero nunca había estado en una.
Un señor se acercó a mí y viendo mi entusiasmo me invitó gentilmente a presenciar una boda al día siguiente, en el mismo sitio, pero para 140 personas. Era el gerente del hotel, Luis Miguel. Le agradecí la invitación pero teníamos una excursión programada. Fue un acontecimiento impensado e inesperado... ¡y realmente me encantó!
Después de la cena, en el teatro al aire libre cerca de la pileta, se llevan a cabo distintas noches temáticas. Habíamos estado en la "fiesta maya", y la tarde previa a nuestra partida ya preparaban el escenario para la "fiesta mexicana" colocando banderas enormes y atuendos típicos, los cuales también encontramos en el lobby y restaurante. Todo decorado con sombreros enormes mexicanos, tragos típicos, ¡y hasta los mozos con alguna prenda alusiva!
Todo muy pintoresco, muy alegre. William, el maitre del restaurante, nos comentó que la temporada de huracanes se extiende desde julio a noviembre. Que no duran más de 12 hs por lo que siempre están preparados para un evento de esta magnitud.
Nos cuenta que el mayor fue Wilma, en octubre de 2005 y del cual se recuperaron con el tiempo. Este huracán, con vientos de más de 240 km por hora y que produjo oleaje en la costa de más de 3 m, inundó calles, cortó la electricidad y dejó varados a miles de turistas. Y duró ¡3 días! Por lo que hubo desabastecimiento de agua y comida. Los huéspedes de todos los hoteles fueron llevados a un mismo lugar. Y como el huracán duró más de lo normal, no había comida para nadie. Y él, como jefe, recibió la orden de prescindir de empleados en el hotel, por lo cual vivió momentos muy tristes. Los árboles que dan a la playa fueron arrancados por los fuertes vientos, así que llevó mucho tiempo recuperar esta zona turística maravillosa.
Felices de haber concretado este viaje, emprendimos el regreso a nuestro país.
Norma

Fotos
1- ¡viene la novia!
2- Marcha Nupcial incluída
3- comienza la ceremonia
4- hermoso momento
5- ¡marido y mujer!
6- preparando noche mexicana en el teatro
7- decoración en el restaurante
8- Quiti con William, la última noche

1 comentario:

Graciela dijo...

Hola M.M. y como en todos los desfiles se termina con la novia, vos también terminaste con la novia,ja ja, todo muy bello y hermoso colorido, me alegro que hayas podido hacer ese hermoso viaje y que lo relataras, para así viajar imaginariamente los lectores, cariños Grace.