¡Hablemos de LIBERTAD!
Nos juntamos más seguido,
pues, se acerca el veintitrés,
y puede ser que después
sigamos igual reunidos.
Salgo, a veces confundido
de escuchar tantas ideas
que en mi cabeza aletean
cuando buscan la verdad,
y al hablar de LIBERTAD
mi corazón galopea.
Todos podemos hablar
-cada cual dice lo suyo-
sin armar mucho barullo
pues, queremos escuchar.
Cuando saben explicar,
entiendo mucho mejor.
Y si es un buen orador
me levanta de los pelos
se despiertan mis anhelos
¡Soy como el Cid Campeador!
Un vecino pasó al frente
y dijo: "La Libertad
se une con la dignidad
y marchan conjuntamente.
Más si el hombre es dependiente,
¡se aprovechan los sotretas!
le retienen la libreta
y vienen las amenazas,
le ponen una mordaza
y a obedecer, mansamente."
Otro dijo: "La dignidad
-según como yo barajo-
se une con el trabajo
para que haya equidad.
Es fácil la libertad
con el bolsillo forrau,
pero el que está aprisionau
en el lazo ´e la pobreza,
se sumerge en la tristeza
porque se siente atrapau.
¡Ese hombre tiene razón!,
dije, con voz conmovida
y yo me juego la vida
que esa es la explicación
de toda la humillación.
No te dejan progresar,
sueldo ´e pobre has de ganar
mientras se comen el queso,
¡Yo apuesto por el progreso!
¡y no voy a recular!
"¡El país marcha torcido!
Esta es la verdad, cuñau,
acá hay hijos y entenaus,
y hay obreros perseguidos.
En un país dividido,
siempre la paz es ficticia.
Y a todos nos beneficia:
¡el vivir en libertad!
¡con trabajo y dignidad,
con equidad y justicia!
Melitón Sosa
jueves, 6 de octubre de 2011
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