Luego del descanso que requería el viaje relámpago realizado para participar de la elección, resulta oportuno realizar algunas reflexiones sobre lo acontecido.
Una vez más la ciudadanía se ha manifestado en las urnas y ha expresado su veredicto. Ha reeligido a la Presidenta de la Nación para un nuevo mandato y le ha confiado la conducción del país por cuatro años más. No ha sido una sorpresa. Los resultados de las internas ya habían configurado el panorama final, por lo tanto el desarrollo de la campaña electoral fue difícil para la oposición, que no logró despegarse de los guarismos anteriores.
Se ha escuchado en los últimos días como candidatos que ya se consideraban poco menos que proclamados, hacían promesas para mejorar la imagen, en aquellos rubros que consideraban más flojos. Así escuchamos decir, tanto en el orden local como en el nacional, que iban a gobernar para todos los ciudadanos y convocar a los argentinos a la unidad nacional.
Al respecto hay que hacer, con tiempo, algunas preguntas: ¿La unidad nacional es desde la diversidad? o ¿desde las coincidencias? ¿Van a gobernar para todos, sin exclusión, o solo para los que cambian su postura y pasan a sostener las mismas ideas políticas que el gobierno? ¿Van a gobernar también para los que critican con fundamento la gestión o los van a considerar destituyentes o con cualquier otra palabra ofensiva?
De las respuestas a estos interrogantes depende que las convocatorias sean un éxito o un fracaso. Habrá que estar atentos para verificar los resultados, porque conviene recordar -como ya lo habíamos dicho antes de las elecciones- que la democracia no solo debe ser entendida como una forma de gobierno de las mayorías sino que es al mismo tiempo, una forma de vida. Sí, es reconocer la voluntad de la mayoría, en la medida que la mayoría reconozca que existe gente que piensa de otra manera y que también son ciudadanos argentinos. No es sólo la convivencia pacífica (eso es elemental), es el respeto hacia el otro, aunque no los haya votado.
Cuando uno cree que en un país democrático deben existir la igualdad de oportunidades para todos y la igualdad de los ciudadanos ante la ley (cualquiera sea su idea política) proclamado en la Constitución Nacional, no es un delito solicitar que un gobierno demócratico lo cumpla.
Y no deberían ofenderse, si se reclama cuando los hospitales no están bien equipados, carecen de insumos, no cuentan con los profesionales imprescindibles o no se realizan las tareas de prevención necesarias para la buena salud de la población ...
¿Puede ofender a un gobierno que se hagan escuchar reclamos para que se eleve el nivel educativo de la población escolar que, en general, adolece falencias? ¿O manifestar que no se entiende como dirigentes, con tan buen predicamento entre sus votantes, miran para otro lado cuando agreden a los maestros y de sus bocas no sale el menor reproche, como si estuvieran avalando la agresión cotidiana...?
No se entiende tampoco como se puede asegurar - con total desparpajo- que la inseguridad es una sensación, cuando a diario se leen los titulares o uno se entera personalmente, que han agredido gente indefensa, generalmente adultos mayores y/o jóvenes desprotegidos...
Y con respecto a la justicia, ¿está mal esperar que los juicios de los amigos del poder, avancen con la misma celeridad e igual a los de cualquier hijo de vecino?.
Si para participar de la unidad nacional hay que olvidarse de esos temas, que, a veces, han sido la razón de ser de una existencia, es medio difícil que la misma, se produzca.
En cuanto a los resultados de las elecciones en el orden local, la oposición ha conservado sus concejales. Esta circunstancia y la promesa de las autoridades de gobernar para todos, hace abrigar la esperanza que ya no se aprobarán los temas presentados por el oficialismo a libro cerrado, sino que se debatirán en el Concejo Deliberante como corresponde, para que tome conocimiento la población. Tapalqué tiene la suerte, que las reuniones del HCD son reflejadas en los medios de comunicación. Es una oportunidad para permitir que la ciudadanía se interiorice de la cosa pública y esté al tanto de lo que sucede, pueda opinar y/o reclamar cuando lo juzgue necesario. Es importante lo que ha logrado la oposición. La posibilidad de achicar la diferencia por los votos que se podían atraer después de las internas, eran mínimas. Conservar los votos obtenidos, no es poca cosa y la realidad muestra que en el país, no todos los candidatos lo lograron. ¡Es una buena base para la próxima elección!
GSF
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