Como habíamos prometido iniciamos la publicación de los microrrelatos recibidos en el mes de marzo. Para aumentar el suspenso empezaremos publicando los que están fuera de concurso. En este caso no respeta el límite de 100 palabras, pero es tan ingenioso que invitamos a Alma L. a que participe en el certamen, enviándonos otro relato que, seguramente, -nos imaginamos por el texto- tampoco tendrá en cuenta las bases publicadas.
CUESTIONAMIENTO DEL INODORO PROPIO
Gran admiradora de los eternos cuestionamientos existenciales; como bien decía su hermana; nunca pudo encontrar alguna valida razón que justifique esa necesidad interior de terminar una y otra vez con lo estructuradamente planteado por la bendita cultura dominante, cuyo origen intentaba desenmarañar cada vez que a reflexionar se sentaba.
Se cuestionaba porque de cuando en vez, más que de vez en cuando, sentía que varón tendría que haber sido para deshacerse de ciertas explicaciones que al pasar tenia que ir dando simplemente por mujer ser. Ni la dichosa emancipación femenina ni el asombroso avance del género parecían contribuir cuando el momento de la existencial pregunta sucumbía….”Y qué pensàs hacer de tu vida?”
Era allí donde se preguntaba si acaso hacer de la vida solo significaba inmiscuirse en el tedioso esfuerzo de obtener, inodoro y bidet propio…Como buena mujer que ha logrado sus méritos…”loca y mentirosa liberación”, …¨”Cuán mentiroso sigue siendo el mundo…” pensaba.
El mundo se tornó para aquella mujer claro y luminoso en el instante que su madre le confesó que su verdadera gestación provenía de la impaciente espera de Juan Manuel; claramente hombre en su género. No añorar entonces la compra del inodoro propio tuvo ya su refugio…
Diose cuenta en aquel instante que como el saber popular señala adquiere el ser humano su mismísima identidad desde el momento de gestación.-..Como añorar entonces el bidet si tenia alma de niño…
Se dejó desde aquel día entonces ser parte de aquella mezcla y vivió sin demasiados limites ni numerosos cuestionamientos… porque aunque sin admitirlo, todos por allí y un poco mas acá creían audaz al hombre que se cuestionaba pero alocada a la mujer que lo hace…sobre identidades de sexo opuesto conviviendo en un solo ser, aun reglas no había…por lo que decidió entonces esconderse en aquel originario Juan Manuel y solo ser hasta que la necesidad de pertenencia del inodoro propio la atormentara…
Alma L.
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