miércoles, 20 de mayo de 2009

Cumpleaños



Y llegó el día tan esperado! De nuevo se reunía la familia; esta vez, para celebrar el cumpleaños de Gladis (la "dire" del blog). Estuvieron casi todos. Esos "casi" por razones de fuerza mayor no pudieron llegar. Pero sí estuvieron en las fotos preparadas para la ocasión por la homenajeada o en el hermoso collage de Guri.
Había algunos que estaban en casi todas, me comentaron al pasar. (¡Cómo les gustaba robar cámara!)
Las generaciones primeras, las del medio, la nuestra, y las actuales. Todo cuidado hasta el mínimo detalle.
¡Cuántos rostros que el tiempo no pudo borrar! ¡Cuántas ausencias que aún siguen doliendo!
Pero los recordamos con alegría. Porque así fue nuestra vida, a pesar de tantas caídas que el destino nos tenía preparadas, siempre nos encontramos juntos.
Y el estar juntos nos produce felicidad, nos sentimos protegidos, nos hace retroceder en el tiempo a buscar la mano rugosa pero cálida de abuela Marica; extendidos sus brazos para recibir a cada uno de sus quince nietos con el mismo amor. ¡Cómo olvidarla...!
La casa materna se nos presentó en la mayoría de las fotos. Recuerdos, nostalgia, añoranza; voces infantiles por aquí y por allá; algún reto de los mayores porque molestábamos a la hora de la siesta; las salidas a tomar un helado; la planta de ciruelas inmensa a la que nos gustaba trepar en el fondo de la casa; el aromo...
La casa es la familia que está adentro.
No es la puerta de entrada, las paredes,
los muebles, las alfombras.
No es la silla que falta o la cortina
que todavía no pudo ser comprada.
Es una risa recibiendo al que llega.
Es una mano extendiendo el mantel y repartiendo el pan.
Es un ramo de flores en la sala. Es una planta
verde en el balcón.
Es un rosal en el jardín del fondo.
Es... un clima de paz. Una zona neutral en la
batalla diaria de la calle, del trabajo y
la vida.
La casa tiene alma: ese poco de alma
que le regala cada uno de los que la habitan
y que hace percibir su calor.
A los que ustedes aman y que los aman
hay que hacerlos felices Hoy, Ya Mismo.
Solamente está solo aquel a quien
ninguno espera.
Gracias Gladis por todo. Por ser la tía comprensiva, cómplice; por estar cada vez que necesitamos ser escuchados; por los consejos y enseñanzas. Por seguir manteniendo en alto esa llama que no se apaga: la familia unida.

Norma

1 comentario:

BEBA dijo...

Nadie puede negar que esta es una familia con mayúsculas y esta batalladora incansable refleja en su rostro la enorme alegría de tenerlos a todos.
Beba