¡Hola! Volví para que no me extrañaran tanto. Estuve discurriendo entre pavadeces, enigmas, chistecitos, asombros y sorpresas. Descubriendo cómo ante mis ojos una cosa se transformaba en otra haciéndome dudar de lo visto (y leído). Antes me había sucedido lo mismo con un perrito (a esta altura tendríamos que ponerle nombre), que en un abrir y cerrar de ojos apareció y desapareció…! Me quedé pensando en la tecnología. Y me dije: sabía que era lo último de lo último, pero nunca supuse que las modificaciones se realizaban ante la mirada atónita de quien estaba en otro lado, delante de la pantalla. Como no deben entender de qué hablo les aclaro que es con respecto a este blog.
Es tan responsable, perspicaz, detallista que cada día está mejor y sigue creciendo. ¡Ahora hasta tiene video en youtube…!
Lástima que nacimos en otros tiempos donde había sólo fotografías; que sacaba un fotógrafo contratado para la ocasión y eran en blanco y negro. Nos hubiese gustado tener videos de las reuniones en casa de abuela, de los cumpleaños, de Tío Félix con la escardadora, de Roberto y Chin con sus aventuras en el Fiat 600, de Juanita con su traje de Año Viejo que se iba por la esquina y nos asustaba tanto, de Yaite en la esquila, de las Nochebuenas sentaditos todos en el suelo al pie del gran árbol de Navidad esperando los regalos, de Gladis que nos incentivaba a escribir un cuento en cuadernitos en blanco y no se nos ocurría nada, ni siquiera una oración, de Fito con su pierna enyesada “olvidado” en un camino… En fin, de la familia. Nada más ni nada menos!
“Saber transformar los sucesos ordinarios de la vida en fuente de alegría es una habilidad que pocos dominan” (Roberto Shinyashiki, O sucesso é ser feliz).
Con respecto a la sección enigmas y de acuerdo con los pedidos formulados por los participantes, en breve se darán a conocer las respuestas y se implementará otra manera de trabajar.
Ahora unos chistecitos humildes
Una niña recién nacida, a un niño de la misma edad:
-Yo soy nena.
-¿Cómo lo sabés?
-Porque oí a mi mamá decirlo.
-Yo soy varón- replica el niño muy orondo.
-Y vos, ¿cómo lo sabés?
-¡Mirá! –dice él quitándose la manta de encima-.¿Ves? ¡Tengo escarpines azules!
Cinco belgas llegan a la frontera de Francia en un Audi Quattro. El agente aduanero los detiene y les dice:
-Quattro significa cuatro. Es ilegal que viajen cinco personas en un Quattro.
-Quattro es sólo el modelo del coche –explica el conductor, que enseguida saca el manual del usuario-. Mire, aquí dice que este auto está diseñado para cinco pasajeros.
-A mí no me venga con cuentos. Quedan arrestados.
-¡Usted es un idiota! Vaya a llamar a su jefe. Quiero hablar con él.
-No puede venir. Está ocupado con dos tipos que viajan en un Fiat Uno.
Hasta la próxima. Norma
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