viernes, 5 de junio de 2009

Votar debe ser un placer

Así es este sistema Libre, Democrático, Republicano y Federal que supimos conseguir desde 1810; y que si jamás hubiese sido interrumpido hoy seríamos adultos y no andar en permanentes pañales, por haber nacido una y otra vez sin siquiera haber madurado al morir como sociedad civilizada. Por eso, porque estamos creciendo, es que estamos en tantas fallas. Tantas que pareciera hecho a propósito, siempre estamos obligados a votar por el mal menor. Siempre votamos la carita feliz, o sea al personaje, dejando de lado ideales, valores, principios…
La política y el político, no son sentimientos, no son banderas, ni himnos, ni marchas. Los políticos no son soldados. Son ideas, formas de gobernar, de administrar la cosa pública en forma eficiente y honesta, y al absoluto servicio de toda la sociedad, sin distinguir a partidos políticos, organizaciones industriales, rurales, corporaciones multinacionales o empresas privadas. Debe el gobernante privilegiar al todo por sobre el uno.
Por eso a la hora de votar, no debemos hacerlo por el más simpático, el más carismático, el más locuaz, porque no estamos eligiendo un novio/a ni un locutor. Ni tan siquiera al más duro, malo, violento, riguroso, porque no estamos eligiendo un perro guardián. A la hora de votar debemos elegir a aquel partido político que en su conjunto de personajes nos han convencido que van a administrar un Estado en defensa de Todos y no en defensa de ellos.
“En un país bien gobernado debe darnos vergüenza la pobreza.
“En un país mal gobernado debe darnos vergüenza la riqueza”. Confucio.(filósofo)
De Sin Límites (La Plata)
M.M.

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