Llamó nuestra atención el horario en que amanece y se oculta el sol. A las 5 de la mañana se hace visible perfectamente, sus rayos se mojan en el mar. Una hora más tarde nos sentábamos en el balcón de nuestro dormitorio con termo y mate para el "primer" desayuno, bien argentino. A las 7:30 cuando bajábamos a desayunar al restaurante Jimmy's, el sol estaba en el cielo como si fuera la media mañana de nuestro país; por supuesto que a esa hora ya se podía estar en la playa o en la piscina (el sol quema). Lo más extraño sucede a la tarde. Alrededor de las 5 Febo comienza a despedirse. Una hora más tarde, a las 6, es noche cerrada, con la luna y las estrellas justo sobre nuestras cabezas. Todo esto en el mes de octubre; bien se puede decir que es 12 por 12. Doce horas de día, doce horas de noche.
La primera vez que fuimos a Vila Nova da Praia era de noche. Recorrimos sus callecitas empedradas, sus locales de ropa, su iglesia. Alguien preguntó la hora pensando que se nos iba a hacer tarde para la cena. Yo no podía creer que eran nada más que las 6 y 30 de la tarde! Controlé mi reloj varias veces por si se había acabado la pila. El tiempo parecía haberse detenido en ese lugar maravilloso... , los minutos eran larguísimos; me dio la sensación que cinco duraban diez. Todo muy raro. Claro, hasta que nos acostumbramos. A los que les costó adaptarse fue al matrimonio de Comodoro Rivadavia, allá el sol se oculta cerca de las 22...!
Vila Nova da Praia es un atractivo especial de Costa do Sauípe. Es una villa recién fundada; un centro comercial y de entretenimiento dotado de todo el confort de la vida moderna. Las fachadas de las casas, las tiendas y los restaurantes reproducen la arquitectura de los típicos pueblitos de Bahía, dándole un clima mágico, único, especial. Allí es posible conocer cada día un poco más sobre el folclore y el arte baiano, a través de espectáculos teatrales, shows musicales, exposiciones de artistas plásticos y talleres de artesanías. Todos los días hay una completa programación para adultos y niños. Movimiento, alegría; musicalidad, danzas y los encantos de Bahía están presentes en cada callecita, en cada bar, en cada plaza.
Las cocineras en las calles preparan beijus (buñuelos de mandioca) y acarajés (buñuelos de masa de frijoles relleno con salsa picante y camarones). Nos sacamos una foto con una de ellas, su nombre es Nívia; simpática y muy linda. Admiré su piel morena y tersa que contrastaba con su vestido blanco.
Los restaurantes y los bares con mesas en la vereda compiten por la atención de los turistas. Hay locales que ofrecen desde artículos artesanales hasta joyas. Se hacen masajes al aire libre en carpas y hay también una tarotista de guardia permanente.
La plaza principal (Praça do Cruzeiro) es en donde se realizan las fiestas tradicionales de la cultura baiana. A lo lejos la pequeña iglesia, y el murmullo de una serenata. Podría ser el escenario de una aldea de pescadores. Casi. Pero es la Vila Nova da Praia, planeada para ser un lugar de diversión y esparcimiento que despliega para el deleite del visitante una auténtica aldea playera, clima agradable, invitación al descanso, una hamaca y un buen libro de Jorge Amado...
La iglesita tiene dos filas de 4 bancos cada una, sencillísima, permanece abierta siempre. A la izquierda, Los 10 Mandamientos (Las Tablas de la Ley), escritos en portugués sobre madera oscura. Esta iglesia no tiene nombre. Sólo Centro Ecuménico, para que todos los turistas puedan visitarla; sin distinción de credos y religiones.
Las 6 posadas son diferentes porque son temáticas, siempre inspiradas en personajes, historias y paisajes de Bahía. Posada Agreste, Posada Carnaval, Posada da Aldeia, Posada Pelourinho, Posada Gabriela, Posada da Torre. Todas con piscinas para adultos y para niños.
En la calle, una glorieta transformada en escenario con equipo de sonido y un señor cantando con su guitarra temas inolvidables de Roberto Carlos. Nos sentamos para escuchar, cantar y ¡aplaudir!
No puedo decir qué tan pequeña es Vila Nova. No tiene calzadas delimitadas ni cuadras. Las copas de los árboles abarcan el ancho de las callecitas y no hay veredas. Todo al alcance de la mano. La limpieza es admirable, en todos lados hay cuatro canastitos de mimbre con carteles para depositar plásticos, papeles, etc. Una belleza. ¡Ah! me olvidaba lo más importante, ahí no circulan autos ni ningún otro medio de transporte. Los bus llegan hasta la entrada de la Vila Nova. Casi todos van caminando hasta este lugar para aprovechar el aire puro y fresco, y los distintos sonidos que llegan del mar.
Hasta la próxima.
Norma.
1) Baiana a la entrada de Vila Nova da Praia
2) Iglesia
3) Centro Vila Nova
5) Tablas de la Ley
6) Centro Ecuménico
7) foto baiana
8) cantante
9) Vila Nova
10) (imágenes)
1 comentario:
Hola Norma, muy lindo el relato, me gustó la foto de la baiana y lo colorido de las fachadas, se nota la limpieza, cariños, Grace.
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