Una amiga, Estela Loos, ha cumplido un ciclo en su trabajo. A partir del 30 de noviembre se acogerá a los beneficios de la jubilación e iniciará una vida diferente. Enterada de la despedida que le hicieron en su lugar de trabajo y gracias a esta tecnología que nos permite estar comunicadas, nos interiorizamos sobre la novedad de esta querida amiga, dueña de una voz privilegiada que muchas veces nos acompañara en las reuniones culturales que organizaramos en Tapalqué.
Estela Loos, a nuestro requerimiento, nos cuenta que "trabaja desde hace 25 años en el Hospital Municipal Dr. Héctor M Cura de Olavarría, como secretaria del Laboratorio de Medicamentos. Es un Hospital muy grande. Ocupa cuatro manzanas donde están emplazados el depósito, el hospital oncológico, hospital de pediatría, la capilla y el departamento de monjas. En el Laboratorio de Medicamentos hay dos Farmacéuticos, cuatro técnicos preparadores, un empacador y yo, la secretaria. La directora técnica es la Farmacéutica Ana Maria Ronco que es mi jefa directa".
"No se si sabes -nos dice- que este Hospital cuenta con fabricación propia de remedios cosa muy importante ya que la gente carenciada tiene medicación y atención gratuita y muy buena. Mi funcion en este lugar es amplia, me encargo de todo lo que es papeleo como los protocolos de las drogas, los legajos y los controles que se hacen a los medicamentos antes que salgan al público. Por ejemplo: cuando se hacen comprimidos se separan 50 unidades y se mandan al Laboratorio San Luis (en esa provincia) donde analizan la calidad y el porcentaje de droga y si cumple con todos los requisitos nos mandan el O.K. o de lo contrario nos comunican las falencias que encontraron. Una vez que tenemos el o.k. se procede a emblitar y mandar a Farmacia.
En el transcurso de una etapa dedicada al trabajo, se suceden muchas anécdotas que es bueno recrear en el momento de la
despedida. Estela nos cuenta una muy tierna cuando dio sus primeros pasos en el Hospital Municipal, en guardia de emergencias:
"Detrás del departamento de los médicos había un patio abierto y un día llegó una yegua y se acostó frente a la ventana de los médicos a parir su potrillo. Salimos con el pediatra Dr. Garay y le ayudamos en el parto, nació un potrillo alazán bellísimo.
Otra anécdota: "Como yo vivo en Loma Negra a 15 km de distancia de mi trabajo solía viajar en colectivo y los días de lluvia lo hacia en auto. Un dia de esos llegué con lluvia en el auto y cuando sali ya no llovía. Cuando llegué a mi casa me di cuenta que no tenia el auto, lo había olvidado en el hospital."
"Como verás, - agrega- hay mucho para contar, pero si algo puedo decir con orgullo es que me retiro colmada del afecto de toda la gente de este segundo hogar."
A Estela todo nuestro cariño ante el inicio de una vida diferente que la llevará a abandonar la seguridad de la rutina. El destino mezcla nuevamente las cartas y habrá que elegir entre los múltiples caminos que se ofrecen, en un mundo en permanente movimiento. ¡Qué la vida te sonría!
GSF
"No se si sabes -nos dice- que este Hospital cuenta con fabricación propia de remedios cosa muy importante ya que la gente carenciada tiene medicación y atención gratuita y muy buena. Mi funcion en este lugar es amplia, me encargo de todo lo que es papeleo como los protocolos de las drogas, los legajos y los controles que se hacen a los medicamentos antes que salgan al público. Por ejemplo: cuando se hacen comprimidos se separan 50 unidades y se mandan al Laboratorio San Luis (en esa provincia) donde analizan la calidad y el porcentaje de droga y si cumple con todos los requisitos nos mandan el O.K. o de lo contrario nos comunican las falencias que encontraron. Una vez que tenemos el o.k. se procede a emblitar y mandar a Farmacia.
En el transcurso de una etapa dedicada al trabajo, se suceden muchas anécdotas que es bueno recrear en el momento de la
despedida. Estela nos cuenta una muy tierna cuando dio sus primeros pasos en el Hospital Municipal, en guardia de emergencias:
"Detrás del departamento de los médicos había un patio abierto y un día llegó una yegua y se acostó frente a la ventana de los médicos a parir su potrillo. Salimos con el pediatra Dr. Garay y le ayudamos en el parto, nació un potrillo alazán bellísimo.
Otra anécdota: "Como yo vivo en Loma Negra a 15 km de distancia de mi trabajo solía viajar en colectivo y los días de lluvia lo hacia en auto. Un dia de esos llegué con lluvia en el auto y cuando sali ya no llovía. Cuando llegué a mi casa me di cuenta que no tenia el auto, lo había olvidado en el hospital."
"Como verás, - agrega- hay mucho para contar, pero si algo puedo decir con orgullo es que me retiro colmada del afecto de toda la gente de este segundo hogar."
A Estela todo nuestro cariño ante el inicio de una vida diferente que la llevará a abandonar la seguridad de la rutina. El destino mezcla nuevamente las cartas y habrá que elegir entre los múltiples caminos que se ofrecen, en un mundo en permanente movimiento. ¡Qué la vida te sonría!
GSF
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