Hoy me levanté temprano
porque me gusta leer,
la lectura es un placer
que ennoblece a los humanos.
Tiene un poder soberano
para enriquecer la mente
y así, silenciosamente,
uno aprende sin querer
sobre el presente, el ayer,
y el futuro, gran ausente.
Lo que me puse a leer
me ha preocupado bastante,
un libro sobre mandantes
que sufren un padecer.
La arrogancia del poder
se les sube a la cabeza
y piensan con ligereza
que son seres superiores,
los primeros, los mejores.
¡se creen de la realeza!
En las campañas son santos,
todo justicia y bondad,
si Ud. busca la verdad,
responden con mucho encanto.
Pero después son de amianto,
se creen omnipotentes,
con gestos grandilocuentes
ni lo dejan acercar
¡y un palo se va a ligar
por ser un destituyente!
Tenga cuidado, aparcero,
ahora es tiempo de sonrisas,
pero después tienen prisa
para sacarle el dinero.
Crean impuestos arteros
votados sin compasión,
mientras que la corrupción
crece con todo cinismo
y hasta el autoritarismo
¡ya no es una sensación!
Si así le gusta existir,
entre gritos y desprecios
y que lo humille algún necio,
cosa suya es el sufrir.
Pero yo quiero vivir
en una tierra de humanos,
donde todos como hermanos
podamos vivir felices.
¡Y que comamos perdices
en un país soberano!
Melitón Sosa
miércoles, 10 de julio de 2013
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