parece ciencia-ficción:
a la estatua de Colón
lejos la quieren llevar.
Y aunque hay una Cautelar
que les impide el traslado,
lo mismo la han bajado,
se les nota la impaciencia,
y conservan la apariencia:
por ahora, está acostado.
Colón un aventurero,
hace unos quinientos años,
entre verdades y engaños
llegó hasta un mundo nuevo.
Y a la gente de este suelo
la persiguió sin justicia.
Se despertó la avaricia,
por joyas, dieron espejos,
el oro lo llevó lejos
para saciar la codicia.
Los pueblos originarios
cayeron en el olvido,
cada vez menos, han ido
transitando su calvario.
Delante del escenario
hoy esperan con paciencia,
quieren conseguir audiencia
para remediar sus males,
más le cierran los portales
de entrada, a la Residencia.
¡Miren que calamidad!
No se dan cuenta ¡car...!
La estatua arriba o abajo,
¡no cambia la realidad!
Acá hay otra verdad:
los Qom hoy son perseguidos,
y quieren ser recibidos
porque esa comunidad,
¡lucha por su dignidad
y no se dan por vencidos!
Melitón Sosa
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