Con Hilacha acicalaus,
ya después de amanecido
hacíamos un recorrido
de un lau para el otro lau.
En la plaza acurrucau,
un joven confiadamente
dormía. Fuimos sonrientes
por si tenía algún problema,
dar una mano es el lema,
de estos dos sobrevivientes.
Dijo el joven: Como había
protestas en Tapalqué
para acá enderecé,
pa´ sumarme a la porfía.
Mi abuela que conocía,
me dio consejos certeros:
-¡No se meta en entreveros!
Vaya para el Plaza Hotel
es muy bueno el arancel
y es buena gente matrera.
Llegué al galope tendido
a pesar del asfaltau
traía bien anotau
los datos del recorrido.
El pueblo estaba dormido
más divisé el Hospital,
rambla en la principal,
no ví el rancho de dos alas,
¨El Caballito¨, no estaba,
lo demás, parecía igual.
Igual no, no divisaba
la tienda de San Miguel,
cuando sofrené el corcel,
ví la fuente. Le faltaban
los leones. Pero sí, estaba
la casa municipal
con faroles ¨colonial¨
y al levantar la cabeza,
me invadió una gran tristeza,
ai vino el golpe mortal.
Me acordé del Martín Fierro,
cuando volvió a la guarida,
casi se le va la vida,
no quedaban ni los perros.
Ni un rebenque, ni un cencerro,
ha quedau en esa esquina.
Un arriero con inquina
me dijo: ¨Parecen niños malcriaus,
Está de moda, cuñau,
el capricho en la Argentina.
Pa´mi es un gran estropicio
que no lo dejen construir,
dicen que se va a dir,
muy alto el edificio. (¿?...ja...)
También es un desperdicio
que no dejen exportar
arboles no se pueden plantar,
Y sólo ellos trabajan.
¡los demás a la baraja!
¡así quien va a progresar!
Subió al caballo al marchar
el arriero pa´ su casa,
yo me vine pa´ la plaza ,
y me puse a reflexionar.
Qué tristeza le va a dar
cuando le cuente a la abuela,
que en su ¨amada ciudadela¨,
el progreso está prohibido.
Y me he quedado dormido.
¡Acá todo lo congelan!
Melitón Sosa
¨Quedan prohibidos los sueños¨
domingo, 29 de marzo de 2009
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