PARA COMPARTIR
Caminar ha formado parte de uno de mis pequeños placeres.
Es por eso, que todos los días, matemáticamente, salgo a caminar…a las siete de la mañana.
Al principio, mis huesos se negaban a admitir esta nueva rutina.
En el trascurso de los días, iba variando los itinerarios y agregando distancias.
Caminar y admirar el paisaje que me rodea es algo lleno de magia: infinidad de cantos de pájaros me acompañan, el aire es puro y fresco, se respira una paz y una libertad que no tienen precio.
Tapalqué es hermoso.
Es un regalo de Dios cada mañana que me levanto y empiezo a recorrerlo.
El arroyo corriendo entre las piedras y pequeñas cascadas: maravilla de la creación.
Callecitas de tierra, senderos perdidos entre el pasto.
Cielo sin nubes.
Perfume de menta y eucalipto…
Siento que soy más rica que ninguno.
No existe mejor música que esta que escucho a la mañana, ni mejores paisajes que mis cansados ojos pueden ver.
Ahora comprendo por qué nunca pude dejarlo.
Esta es la sencilla razón por la que deseo compartir estos instantes con ustedes, queridos tapalqueneros, que marcharon de aquí buscando su destino.
Los acerco, los abrazo y los invito a compartir algunas imágenes.
1 comentario:
La verdad amiga!! que decir de una persona tan noble y con tanta sensibilidad como vos!! me ecanta que estes viviendo esta nueva y puedas disfrutar de aquello que, nosotros, los rutinarios de siempre, no logramos darnos cuenta de que la vida es un regalo de Dios!
un gran abrazo!!
Tu amigo de siempre
Sergito
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