lunes, 29 de noviembre de 2010
Literatura Popular Bonaerense
El tercer tomo de la obra "Literatura Popular Bonaerense" lleva el título de "El Canto Payadoresco" Según dice en la contratapa refiriéndose al payador "ese gaucho cantor que tipificara Sarmiento en su Facundo, e inmortalizara Hernández en su Martín Fierro, nuestro poema nacional. El gaucho cantor andaba de pago en pago, cantando a los héroes de la pampa y dando cuenta de las injusticias que los agobiaban. Su canto era entonces, como ahora, más narrativo que sentimental, y estaba colmado de imágenes que tomaba de la vida campestre. A menudo improvisaba, cantando sólo o rivalizando con un adversario, pero poseía también un repertorio de poesías populares compuestas por cantores que lo precedieron o recogidas por ellos de un legado más antiguo, que llega a remontarse hasta los viejos romances españoles y el Siglo de Oro..."
Fragmento de la Payada en media milonga entre varios:
Una voz
La milonga se ha perdido
la salieron a campear
reseros de La Tablada
que por ella morirán
Otra voz
Milonguita ¿dónde has ido?
dice un taita federal
vas vestida e´ mazorquera
con tu rojo delantal.
Otra voz
La milonga es unitaria,
no la vayan a buscar;
se embarcó pa´ la otra orilla
en el cúter"Libertad".
..........................................
Otra voz
¡No! aparcero, dice el gaucho
la milonga es nacional;
pues expresa con ternura
la canción sentimental...
Anónima. Tomada por J. T. Wilkes e Ismael Guerrero Cárpena
sábado, 27 de noviembre de 2010
jueves, 25 de noviembre de 2010
POR LAS TARDES
Sentados en la misma mesa de siempre, desde hace varios días, se encuentran , se ponen a beber y a jugar a las cartas.
La gente los ignora.
Vestidos con ropas que parecen del siglo pasado, ellos festejan con carcajadas los chistes que uno de ellos, un hombre de mediana edad, haciendo ademanes, cuenta por milésima vez.
Y ellos, que ya lo conocen, ríen como si nunca lo hubieran escuchado.
A veces se oyen sonidos de cristales rotos, de arrastrar de sillas sobre el piso de madera y algún :-¡hasta mañana!
Y al otro día, como un ritual, la escena se repite.
A veces son más fuertes los aromas del alcohol y del tabaco negro…
Más sonoras las risas.
Otras tardes, hablan como en susurros y sus voces se confunden con el silbar del viento que ahora no choca contra ningún muro, ni abre ninguna puerta, ni sacude aleros, ni ahuyenta los pájaros, que extrañamente, dejaron de buscar migas de pan en el patio vacío.
Pero ellos brindan hoy porque en ese lugar donde ellos habitan, han colocado un cartel donde se lee, algo así como “SE VENDE ESTE TERRENO”.
Y se preparan, y traman , maquinan, urden…y me esperan, nos esperan , porque nunca se irán, porque ese lugar les pertenece y nos pertenece.
(A los queridos fantasmas del Plaza Hotel)
BEBA LAPASTA
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Cumpleaños
5ª Entrega. Praia do Forte
A 25 km de Costa do Sauipe se encuentra Praia do Forte, para muchos la "Polinesia brasilera". Con sus aguas cálidas, cristalinas, que bañan 12 km de playas de arena blanca; con su rica fauna y flora marina; rodeada de cocoteros, tiene la línea costera más bonita y un hermoso clima tropical. La temperatura media anual es de 28º y la temperatura del agua alrededor de 24º. Es el destino turístico de moda y el visitante se encuentra con actividades acuáticas, hoteles de lujo, reservas naturales como el Proyecto Tamar para la conservación y protección de las tortugas marinas; la cultura brasileña con sus tradiciones, ritos religiosos, gastronomía y la sencillez de esta aldea habitada por unas 1800 personas. ¡Hermoso lugar! Con poca gente como a mí me gusta.
martes, 23 de noviembre de 2010
Cartas de lectores
lunes, 22 de noviembre de 2010
DE PASEO
Regresó , después de casi cuatro años de ausencia, al pueblo que la vio nacer, donde formó su hogar , nacieron sus hijos y escribió su historia.
Esta persona sin edad, tan llena de vivencias y recuerdos.
Para nosotros se llama “la tía Marta”; “Aba” para sus nietos.
Perspicaz, ingeniosa, de buen humor, capaz de dialogar con personas de todas las edades.
Encontró a algunos de sus amigos, se emocionó al saber que otros ya no están.
Y recorrió con Graciela, su hija menor, cada lugar querido, cada espacio que le hablaba del ayer.
Pero antes de marchar me hizo un pedido.
Quería decirle a su pueblo que está hermoso, más hermoso que nunca.
Y que escribiera en su nombre, a modo de despedida, una adaptación de los versos de Juan Antonio Bourdieu:
“Tapalqué de mis amores,
oh pueblo donde nací,
no te olvidés cuando vuelva
que soy tu hija, que ayer partí…”
(Como si esto fuera posible, Aba, si a vos te conoce todo el mundo!)
BEBA LAPASTA
.
sábado, 20 de noviembre de 2010
Revista ¨De mis Pagos
REAPARECIÓ
Revista De Mis Pagos – cultura folclórica argentina
Nº 38 -digital- noviembre/diciembre 2010
Edición especial -Año del Bicentenario-
Ayúdenos a difundir nuestro patrimonio cultural,
Será una gauchada para todos.
Sugiera, Opine…
e-mail: demispagos@revistademispagos.com.ar
Tel.:02225 491034 / Cel.: 011 15 3781 3090
Domselaar - Buenos Aires -República Argentina
viernes, 19 de noviembre de 2010
Carta de Lectores
martes, 16 de noviembre de 2010
¨Viajar es vivir¨
4ª Entrega.
lunes, 15 de noviembre de 2010
Cumpleaños
Concurso Literario organizado por la UCR con motivo del Bicentenario
Romance del Arroyo Tapalqué
Soy el arroyo Tapalqué
existo tiempo antes
que la Patria naciera
prueba de eso son gliptodontes
y otros animales prehistóricos
que duermen en mi cauce o ribera.
Soy el mismo que acompañó
la historia de la Patria naciente
marcado el horizonte
de los valientes de mayo
que por una nación libre
lucharon sin desmayo.
Del indio, fui su frontera
y de mi agua ellos bebieron,
los uniformados los corrieron
de sus tierras naturales
quitándoles el terreno
que ellos con valor defendieron.
En mis orillas acamparon
y durmieron debajo de las estrellas
las tropas de Mitre, Rosas,
Granada, Horno, Balcarce
y en veranos ardientes
mi agua calmó su sed.
Conocí la bravura de los catrieles,
Calfucurá y otros caciques
que en estos lares habitaron
y con su propia sangre,
a bolas, lanzas y malones,
tristes páginas dejaron.
Al igual que el agua en mi curso,
la historia siguió corriendo.
Las barrancas, que la natura me dio
el hombre las destruyó
ambiciones de gobernantes
que no respetaron lo que Dios creó.
Cuántas nostalgias quedaron en el camino,
en mis barrancas, amores escondidos,
inspiración de poetas,
cementerio de animales,
canto de las aves en amaneceres,
pescadores volviendo en atardeceres.
El deshecho de industrias,
cloacas y aguadas,
a mis aguas contaminaron
pena de un futuro incierto
y cuando lo pienso, me enfurezco
y en río turbulento me convierto.
Me retuerzo, me agiganto
salgo de mi cauce,
corro por la ribera,
me extiendo por la ciudad,
en los campos hago daños
buscando a los culpables.
Pero a ellos no los encuentro,
pues en piso de alto viven.
Me ensaño con los humildes
les causo pavor y tristeza
por favor que me perdonen
así es la naturaleza.
Los años han pasado
parques y arbolados
hermosearon mi ribera
niños, jóvenes y adultos
de la vida disfrutan
como si fuera una quimera.
A los cuatro vientos pregono
con enorme satisfacción
¡Bendito sea Dios!
que en el momento de la creación
en esta patria aquí me puso
para bendición de toda la población.
Autor: Tomás Andenoche.
domingo, 14 de noviembre de 2010
Escribe Beba Lapasta
EL VALOR DE MI NOMBRE
Pronta a cumplir 65 años, despojada de todos mis complejos, he descubierto que tengo valentía.
Para aceptar que estoy vieja, para subirme a una balanza, para soportar estoicamente mis dos tetas y para decir que me llamo como me llamo.
Pero no siempre fui así.
Si me recostara en un sillón de un psicoanalista, es probable que el profesional saldría espantado de ver todo lo que se acumuló en mi interior al cabo de los años.
Pero como no me voy a recostar, como no sea para dormir una buena siesta o una buena mona o en cuyo caso, para dormir normalmente como debiera, diré, que todo comienza cuando tenía la ínfima edad, de 5 años.
Alumna fundadora del primer jardín de infantes de mi pueblo, debí asistir junto a mis compañeritos (que hoy peinan canas o no peinan nada porque están pelados), ataviada con un jardinero verde (llamábase así al mameluco o ahora conocido como enterito), porque como íbamos a ese lugar, éramos trabajadores de la tierra.
Hasta ahí, todo iba bien…pero un día, algo terrible se desató en mi pobre persona de 5 años y tal vez 75 cm de estatura.
La maestra me llamó por mi nombre y apellido, y como yo desconocía cuál era, no respondí.
Fíjense ustedes, antes nos bautizaban, nos inscribían, pero no nos decían ni quienes éramos.
Posiblemente, algún día, cuando me espabilara, yo preguntaría cómo me llamaba, pero hasta ese momento, solamente sabía que me llamaba : BEBA.
Al ver que yo no respondía, la señorita Elsa Palermo, hermosa maestra que recuerdo con afecto y alegró mi infancia en aquellos años, me dijo:-qué te pasa
Filomena?
Recuerdo que la miré fijamente y le respondí:- yo no me llamo así, me lamo Beba.
Ella me explicó con ternura que yo tenía nombre y apellido: Filomena Beatriz Lapasta.
No podía salir del asombro, hubiera muerto creyendo que me llamaba Beba, de no haber sido porque empecé a asistir al jardín (que dicho sea de paso, poco me gustaba).
Y comenzó mi calvario.
Al empezar la escuela, no hubo un día de ningún año, en todos los grados a donde asistí, que no se oyera un coro de carcajadas al escuchar mi nombre: Filomena.
Creo que hasta el patrono del aula se reía de mi.
Yo no crecía casi nada, era mi odioso nombre el que crecía, al punto tal, que su peso me aplastó e impidió mi crecimiento.
Lo cargaba como una pesada bolsa todos los días de mi vida.
Cuando empecé el secundario creí que todo cambiaría, pero no, algunas compañeras lo usaban para ridiculizarme…y siguieron las burlas.
Cuando llegué al Colegio de Hermanas, una monjita se atrevió a preguntarme-¿Por qué le pusieron ese nombre?
- Qué se yo!- le dije.
Después recordé, que al ser la tercera de las hermanas, mi padre cifraba las esperanzas de que yo naciera varón para perpetuar su apellido, entonces llevaría con orgullo en nombre del abuelo Miguel Lapasta.
Pero nací mujer, y no es que mi padre me odiara, sino que con resignación, me puso el nombre de su madre, a la que siempre amó.
Mis alumnos se reían de mi nombre años más tarde.
Mi hija mayor, para suavizar la situación me dijo:-vos no te yamás así, te yamás ¡mami!-
Hasta que un día, buscando mis orígenes, supe que mi familia estaba integrada por generaciones de Filomenas.
Filomena Ortelli, mi abuela paterna.
Una gringa brava, sincera, honesta que amó tanto al abuelo, que aún se le llenaban los ojos de llanto, cuando decía su nombre.
Filomena Marino, mi bisabuela materna, que vino un día de Italia para arrancarle a esta tierra todos los secretos y un día perdió a su compañero en un accidente desgraciado, pero me regaló al abuelo Pablo Fittipaldi, un bohemio, soñador, delirante, amante y cantor que nos contaba historias y nos hacía reír.
Y al remontarme hacia el pasado, la descubrí a ella, a la que vino con mi mismo nombre y apellido, a Filomena Lapasta, mi tatarabuela, la que un día partió de Génova y bajó de un barco llamado Sud América el 2 de febrero de 1882 trayendo en sus brazos a mi bisabuelo, sola, sin un hombre a lado suyo, escapándole al hambre y a la guerra ; ocultando el secreto de su historia.
Y finalmente entendí por qué llevo este nombre.
Porque antes lo llevaron esas bravas mujeres, porque tiene el color de la tierra lejana y la luz del amanecer en una montaña que aún no conozco, el perfume y el sonido del mar que nos separa…
Y lo que pretendía tener toques de humor, ya no los tiene.
Porque tarde, muy tarde, le agradezco a mi padre el haberlo elegido, únicamente, para mi…
FILOMENA LAPASTA (ME DICEN BEBA)
sábado, 13 de noviembre de 2010
viernes, 12 de noviembre de 2010
Responde un lector
Muchas gracias, y espero que su predisposición con gente que no conoce le sea retribuido con logros personales.
La saludo muy atentamente.
José Luis Grosso
Cumpleaños
Premios del Concurso Literario organizado por la UCR , con motivo del Bicentenario
Éxodo y exterminio (2º premio)
Desde lo más profundo
y agreste oscuro
del historial pampeano,
late un éxodo indígena
van al sud de salinas grandes
camino a la tercera frontera.
Es un exilio,
espinoso lamento de cinacina
azorada por el viento
que en otrora
fue caricia ondulante de totoras.
Una mística súplica
sacudiendo la historia
revé volver del exilio
quieren ser un ahora
dentro de los doscientos años.
Sólo imploran
un lote de tierra
junto al arroyo
de la segunda frontera
donde el agua con la tosca
canturrea su idioma.
Y en ese lugar privado
de alegórica reservación
erigir rostros salvajes
de indómita rústica piedra
y al pie del monumento
esta escritura.
Aquí yacen
quienes fueron
por la naturaleza
dueños y señores
de toda la pampa Argentina.
Tapalquén - Autor: Felipe Protzukov
jueves, 11 de noviembre de 2010
Respuesta a José Luis Grosso
Viajar es vivir
-
3ª entrega. Costa do Sauípe
martes, 9 de noviembre de 2010
Mensajes de los lectores
Me gustaría mantener contacto con algún integrante de la Sociedad Italiana de Tapalqué para consultarlos si tienen registros de los ascendientes italianos que fueron los primeros en llegar por 1870, 1880, sobre sus conocimientos de mis antepasados, o de parientes actuales y así poder lograr la recontrucción de mis antepasados y saber en que comuna nació mi bisabuelo para solicitar las actas de nacimiento.
O me asesoren de como buscar con los datos que tengo.
Desde ya les agradezco cualquier dato que me aporten, ya que no tengo forma de lograr los datos que me hacen falta.
Saludo a ustedes muy atentamente.
JOSE LUIS GROSSO
GROSSOJL@HOTMAIL.COM
Premios del Concurso Literario organizado por la UCR
Premios:
1º Mariano López
2º Felipe Protzucov
3º Tomás Andenoche
Hubo dos menciones
LA PATRIA DE MIS HIJOS
Tierra del sol, el agua
el viento o las estrellas,
de pajonales y potros salvajes.
Tierra del indio
de tolderías, tacuaras,
cautivas y soledades,
de miradas rudas
y silencios bajo el poncho.
Tierra mapuche, toba, araucana,
diaguita, quilmes, mocobíes,
onas, querandíes, yamana...
Tierra vírgen
esperanza del inmigrante
que vino del mar
a sembrar chacras y sudar sacrificios.
Tierra de la chaya, la milonga,
el chamamé, la tarantela, la polka
y del barrio de tango.
Tierra orejana
sin más bandera que el azul del cielo
de mares profundos
y cordilleras dueñas
de todos los atardeceres.
Tierra antigua
Tierra de mis abuelos,
Mi Patria nueva
La Patria de mis hijos
Tomás A. del Alba - Autor: Mariano López
domingo, 7 de noviembre de 2010
Chistecitos humildes
sábado, 6 de noviembre de 2010
CUARENTA Y SIETE AÑOS DESPUÉS
Esta historia debería empezar por el final.
Entonces uno podría reacomodar los hechos, mejorarlos, borrar lo que nos hace mal…
Pero las historias no tienen finales tristes ni felices, es más, tampoco tienen finales cuando existimos, al menos, dentro del corazón de otra persona.
Cuando finalizaba el mes de noviembre del año 1963, tres adolescentes de 17 años, que se encontraban pupilas en el Colegio Inmaculada Concepción de Azul, prontas a estrenar el título de maestras, en una hoja de carpeta , garabatearon un pacto.
Habían decidido encontrarse diez años después, en Buenos Aires, en ese mítico lugar que todo el mundo adopta para protestar o manifestarse: el obelisco.
No sé que sucedió con la copia de las otras dos amigas, pero sí sé lo que le sucedió a la mía: mi madre, temerosa de que huyera del hogar y esca
para sabe Dios dónde, destruyó
mi pacto.
¿Lo destruyó realmente?
Durante años me preguntaba qué sería de Norma Crosta y de Maggie Tesone, mis amigas, mis cómplices, mis compañeras de andanzas en esos tristes y grises días del internado.
Recuerdo nuestros atardeceres caminando
en círculo por el patio del colegio, esperando la noche, esperando el día viernes, mirando esos muros, para mi, gorrión tapalquenero, imposibles de escalar.
Pero yo siempre tuve la virtud de escaparme con los pensamientos, y ellos volaban lejos, tan lejos, que no me llegaban los desplantes de algunas compañeras de la “crema”, ni las frases ásperas de Sor María Marta, porque junto a dos náufragos, (Norma y Maggie) sorteamos esos obstáculos y nos marchamos…
¿Qué fue de nuestras vidas?
Hace poco tiempo, una amiga me invitó a ser parte de una red social, entré a ella, con desconfianza, porque la verdad, ciertas veces, me sentía un poco estupidizada.
Una vez, me desactivé, luego regresé, dado que casi todos mis familiares se habían zambullido ahí, y parecían decididos a quedarse.
Hace más de un mes, como tirando un mensaje d
entro de una botella, escribí el apellido y el nombre de Maggie, con enorme sorpresa, de la nada apareció su rostro, después de 47 años estaba ahí, sonriéndole al vacío de la web, entonces le escribí algo parecido a esto: si sos hermana de Maricel Tesone, si te llamás Maggie, sos vos ( creo que después le agregué algunas frases disparatadas) y firmé con el apodo que ellas me habían puesto: “Conito”.
Con emoción me respondió y me habló de sus cosas, de su vida, de su familia…y era como si hubiera estado siempre hablando conmigo.
En esos días, mi querida amiga se iba de viaje a Transilvania, porque según ella, le atraía todo lo relacionado con las historias de esos lugares extraños para mi, de ahí creo que no sé si en ese orden, fue a Bulgaria, Hungría y Budapest.
Recibí fotografías hermosas, imágenes inolvidables, hasta que un día, alguien con un nombre extraño, algo así como “momicheche”, solicitaba mi amistad en la red social.
Como ya estoy curada de espanto con los virus, el phishing y otras yerbas, aplacé a esa extraña amiga, mejor dicho: la borré.
Al día siguiente, Maggie me contaba asombrada, que, (ahora estaba en Roma), nuestra amiga Norma había aparecido de repente y le decía con pena: Conito no me conoció…
Le expliqué que nunca la había visto, entonces ella me dijo que Norma usaba el seudónimo extraño “momi…”
Rápidamente hice contacto con Norma expresándole:- Si te ponés nombre de gato y encima te quitás cerca de 20 años de edad ¿cómo te voy a reconocer?
En esos días, Maggie y yo, hablábamos a mand
íbula batiente por SKYPE durante varios minutos.
¿Y Norma?
¿Saben que por años escribió mi nombre en Skype, esperándome?¿que sabía de mis cosas porque un empleado bancario de mi pueblo, que trabajaba en el suyo, de tanto en tanto, le daba noticias?¿Que siempre esperó por mi?
A fines de octubre Maggie me avisó que en noviem
bre estaría en Olavaria.
Entonces…le propuse encontrarnos las tres, en donde fuera, no ya en el obelisco, porque está lejos y estamos un poco viejas para estar ahí entre tanto ruido y tanta gente.
Ella dijo en Azul, me pareció bien, pero había que consultar con Norma, que en estos días, se conectaba a Skype con una desventaja: la imagen de su cámara web, salía invertida y me hacía reír sin parar.
Finalmente el jueves 4 de noviembre, en la Terminal de ómnibus de Azul, adónde llegué en el momento justo en que dos señoras descendían de
él, nos abrazamos.
Y yo sentí el calor de un abrazo que escondía aquellos millones de abrazos y besos que nunca llegamos a darnos.
Y las encontré.
Mi destino de inmigrante es encontrar a los que amo y llamar con el pensamiento a quienes me aman.
Me sucede siempre. y esta vez no podía fallar.
Yo les dije: fue ayer cuando nos despedimos.
Norma dijo que no, que eran muchos años, Maggie lagrimeó y empezamos a caminar…
Llegamos al lugar en donde nos conocimos: Al Inmaculada.
Ya no había monjitas azules por los pasillos…
Lo primero que hicimos fue entrar a la capilla, donde está la Virgen.
Me acerqué al banco en donde me sentaba todas las mañanas, antes de ir a clase, en la misa.
Nos recibieron con afecto y alegría, nos llevaron a r
ecorrer el escenario de nuestras vidas de antes, nos sacamos fotografías, hablamos con todo el mundo, nos fuimos, buscamos un lugar donde almorzamos y brindamos por el reencuentro y hablamos largo y tendido.
Las cosas que nos dijimos y contamos, son absolutamente nuestras, fuimos cómplices del ayer y de hoy.
Por diversos motivos, la vida nos ha golpeado duro, muy duro a todas.
Ahora sabemos algo más, sabemos por ejemplo que envejeceremos las tres, en otros espacios y rodeadas de una familia que nos ama.
Pero también sabemos que estaremos atentas al llamado de cualquiera de nosotras porque es cierto que no se cortan los hilos invisibles cuando el sentimiento que los une aún sigue siendo verdadero cuarenta y siete años después…
BEBA LAPASTA
viernes, 5 de noviembre de 2010
¨Viajar es Vivir¨
2ª Entrega
jueves, 4 de noviembre de 2010
7 DE NOVIEMBRE DE 1863: UNA FECHA PARA AGENDAR EN EL CORAZÓN
Cuando deseamos hablar o escribir sobre la historia de nuestro amado Tapalqué, acudimos al valioso testimonio escrito que nos legaron don Ramón Rafael Capdevila y su hijo Rafael Darío, quienes investigaron en archivos y también a través de diálogos mantenidos con viejos pobladores del lugar, así guardaron testimonios escritos a mano que con gran esfuerzo fueron vertidos en libros.
De estos libros extraigo lo siguiente:
"Después de velar por la seguridad de la frontera durante un cuarto de siglo, la guardia del Tapalqué, mermada su importancia militar por el debilitamiento de su otrora poderosa guarnición a causa de la Guerra Grande (1) que consumió sus efectivos, los vecinos solicitaron la traslación del fuerte a las puntas del arroyo hacia el sud. Accedió el gobierno a la petición y así nació Tapalqué Nuevo donde hoy se levanta la ciudad de Olavarría. Tres meses después de la instalación del nuevo núcleo, tuvo lugar la tercera batalla de Tapalqué. El ejército cristiano cayó estrepitosamente vencido por el empuje de la indiada de Calfucurá. El mismo día de la derrota sangrienta, quemaron los salvajes el pueblo y el fortín que lo protegía . Era el 29 de octubre de 1855.Tapalqué había dejado de existir como cabecera de partido. Sólo contados temerarios se atrevían aún a desafiar las iras del malón que tras la caída de Rosas, desbordó las defensas fronterizas inundando de sangre, dolor y ruinas la campaña bonaerense del Salado al Sud. Varones y mujeres de coraje se encargarían de que Tapalqué -como el ave Fénix- renaciera de entre sus cenizas.Un 7 de Noviembre de 1863, don Mariano Saavedra -gobernador de la Provincia e hijo del presidente de la Primera Junta- decidió por decreto la fundación del pueblo en que hoy vivimos. Lentamente, en el mayor aislamiento y siempre bajo el acecho del indio sanguinario, Tapalqué recomenzó su trabajosa existencia. Una vez más, gente valerosa, sostenida por su fe inquebrantable, tornó a transitar la huella del peligro y las penurias. Todo debía hacerse con poco, a veces con nada como no fuera la suprema voluntad de seguir adelante. En pleno desierto, la "Comisión encargada de los trabajos Preparatorios del Pueblo de Tapalqué" presidida por el Juez de Paz don Enrique V. Casares, trabajaba con el Agrimensor don Federico Gutiérrez en el trazado del ejido del nuevo pueblo. Por la noche los miembros de la Comisión y los peones ayudantes pernoctaban en el Fortín Estomba. Un tal Matiniano Miranda les vendía reses para el consumo y sebo para las velas. Don Federico Carrillo -miembro de la Comisión y más tarde Presidente de la Municipalidad- proveía en venta tijeras, principales de paraíso, atados de caña, cumbrerillas de álamo cueros de potro y vaca y "vicios" de mantenimiento, junto a palas y baldes y con estos elementos y barro y paja de nuestra tierra se levantaron el rancho del Juzgado y de los primeros pobladores. A fines de 1864 , como terrones grisáceos sobre la llanura verdeante de primavera, se alzaban ya aquellas viviendas pobres de materiales, pero ricas de esperanzas por constituir células augurales del futuro"
Tapalqué, Julio de 1979.
Rafael Darío Capdevila
Lejos quedó aquel caserío de barro , paja y urunday donde se instalaron los primeros pobladores del incipiente pueblo llamado Tapalqué, vocablo indígena tan musical, tan grato al oído, tan lleno de sonidos de viento, aletear de palomas, rumoreo del agua entre las piedras, chapoteo de cascos de caballo cruzando el arroyo…
Nuestros intrépidos habitantes…habrán imaginado una ciudad como la que tenemos hoy?
Sin duda con el paso del tiempo irá cambiando, pero los que tenemos algunos años llevamos en el corazón las calles de tierra, el agua cristalina del arroyo que se podía beber, los montes frutales, la laguna de la familia Menutto, los últimos ranchitos escapados de un libro lecturas escolares, los antiguos y característicos personajes callejeros, los circunspectos señores que ataviados de negro asistían a los actos en la plaza y a los Te Deums, el tren, los carruajes, las tropillas que cruzaban por el centro como si nada, las violetas del balneario, las carreras de sortijas frente a la municipalidad, las bombas que tiraba Pibido en cada amanecer del 25 de mayo, los inolvidables corsos, los bailes del cine, las romerías españolas y todo aquello que se llevó el progreso y la pérdida de nuestra idiosincrasia e identidad.
Pero las ciudades como las personas tienen que crecer y avanzar y caminar en pos del bienestar, la igualdad de oportunidades para todos; tienen que ofrecer lugares bien pagos donde puedan trabajar nuestros jóvenes que hoy como ayer se marchan para no regresar, llevando en el corazón la nostalgia de haber nacido, crecido y vivido en un lugar tranquilo, ubicado en el corazón de la provincia de Buenos Aires, llamado TAPALQUÉ.
Susy Lapasta
Fotografías: Susy Lapasta
Fotografía: El Ñato Villalba es gentileza de Rodolfo Fittipaldi (fotógrafo).