Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas lo intentaron...
El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas. La primera era un lago muy tranquilo, un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban y un cielo azul con tenues nubes blancas. Quienes miraron esta pintura pensaron que reflejaba la paz perfecta. La segunda pintura también tenía montañas, pero eran escabrosas y sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Más abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua.
No se revelaba para nada pacífico, pero cuando el rey observó cuidadosamente, miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca donde se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída del agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido... ¿Cuál crees que fue la pintura ganadora?
El rey escogió la segunda porque paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Significa que, a pesar de estar en medio de todas esas cosas, permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de paz.
Colaboración de Karina Airala.
Hechos de la naturaleza
A lo largo de la vida nos cortamos (o nos mordemos) 4 metros de uñas.
Crecen más de día que de noche, por la mañana que por la tarde y también en estaciones cálidas.
Además, las de las manos crecen un 50% más rápido que las de los pies.
Enviado por M. M.
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