Revolotea por el globo un águila  gigante, parece que atrapa con sus garras las cordilleras de oriente  a occidente y cimbronea depredador.Del lado congelado se está más o menos a salvo, las garras en el hielo por ahora no se prenden.
Recuerdo un religioso en Italia  que hablaba de los tiempos de la iglesia, como tiempos que duraban siglos  o milenios, que la iglesia tenía otro tiempo, otro tiempo para santificar  o para traducir a su antojo al indecifrable dios. Luego se le vino encima  la dinámica febril contemporánea y al rato de muerto, el papa era santo.  Buscaron algún milagrito pa
ra justificarlo, lo inventaron y lo santificaron.
Que decir de los tiempos de los imperios. Lejano el romano, la vara con la que se mide la evolución de los últimos dos irrisorios siglos deja al imperio inglés de a poco en el camino y se traslada al oeste hasta consolidarse y de a poco parece tambalear, hundirse o hundirnos?
Gravitará sobre su propio peso hasta dar con un balance armónico o será llevado por los vientos en las garras de su propio símbolo?
Al parecer nadie lo sabe, tanto  da preguntarle a un especialista gurú en finanzas como a la adi
vina  de la cuadra del puente. 
La argentinización del mundo se venía gestando, atrás queda el corralito que ahora practica Islandia, los salvatajes a las empresas en el 82’ con Cavallo presidente del banco central durante Viola (nombre al parecer simbólico) que ahora practican todos. El resultado también quedará calcado. Minga, trueque y Mingo.
Ocurrió que me alejé mas  todavía, en medio de la crisis que amenazaba la tarjeta que uso para  comprar los comestibles me to
mé un barco y fuí a parar a Qeqertarsuaq  ( Isla grande en inuit), Godhavn, ”Buen Puerto”, único pueblito  con mil habitatnes en esta isla enorme cuyo nombre es Disko.
Todo empezó una noche en un  bar. Un iraquí que conocí en Aasiaat me apoderó su primo, me invitó  a una fiesta y como buen primo terminamos hermanados en nuestro danés  común de ”parcas”, como le llaman en Dinamarca muy pero muy bajamente  a los extranjeros de medio oriente. En el correr de la noche di con  uno que vivía en esta isla, me dijo que necesitaban un técnico y le  prometí venir, un par de semanas después atravesé el golfo del Disko  y desembarqué.
Qeqertatsuaq me sorprendió, una perla escondida en el Ártico, resultado de una formación volcánica con algunas vertientes termales, con sus escasos16 grados suficientes para esquivar el hielo que empieza a cubrirlo todo.
Mi interés en parte estaba en la Estación Ártica, una estación de biología ambiental que acaba de cumplir sus cien años, con una hermosa biblioteca antigua, laboratorios y con una vista única.
Aunque suene vertiginoso y desubicado, no pasó una semana que allí me amanecí tomando un vodka exquisito, escuchando Manu Chao entre libros de Neruda y biografías del Che, caprichos de las circustancias, una noche mágica que debo de olvidar y que hace olvidar el resto, la primavera de allá, los quilombos financieros y ambientales y sobre todo la soledad.
La ventana del laboratorio  de la clínica donde trabajo da a la iglesia con vista a la montaña,  me siento bien sentado en el ce
ntro mismo del pueblito. Hoy domingo  12 de octubre observo la gente entrar a la iglesia mientras escucho  mi música a todo volumen como una blasfemia al peregrinar de los enuitas  rumbo a misa. 
Que engendrará el hoy que no sea especulación y riqueza tramposa? Nos daremos cuenta imbéciles humanos que es hora de tomar el rumbo serio y radical de la sustentabilidad ambiental o seguiremos por pura inercia y pobreza intuitiva contaminando y consumiendo en nombre de la Navidad, de los reyes o de la publicidad?
Cultivaremos los sentidos para  recuperarlos o será que mutilado el placer de respirar aire p
uro, de  aguantar y disfrutar el silencio, de saborear el agua y mirar el horizonte,  sentados ante la pantalla buscando el espejo en el facebook, sumergidos  dentro de la torre de Babel de la red virtual, retumbarán los gritos  de la locura y su propio eco, en la soledad de la habitación o en el  cíber repleto de otros en la misma?
Los estudios ambientales puntillosos auguran la necesidad de una superficie de siete globos si todos deben vivir con el envión que impuso el águila, algo así como una Argentina cada cuarenta millones de habitantes y estos para que no haya desigualdades abismales, deberían heredar algo o casi nada de lo mejor de nosotros.
La solución sería, o frenamos  bruscamente (lo que la crisis económica o los descalabros ambientales  pueden hacer por nosotros) o nos arrimamos a otros seis globos para  que se pueda emigrar sin pasaporte o la tierra deberá engendrar una  especie de elefantitis y crecer hasta albergarnos. 
Quizá los habitantes desde el otro lado de aquel 12 de octubre lo intuían, este tamaño alcanza solamente si se vive humilde, acariciando a la Pachamama con la planta descalza o si hay hielo, con kamikker.
Relativo el tiempo, se cuentan los días, se cuentan las décadas, algunas miradas, letras y números nos cuentan a nosotros.
Hay cosas que se sienten sin querer y mejor…”no hablar de ciertas cosas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario