martes, 9 de febrero de 2010

DESDE EL RECUERDO


SE LLAMABA “CHOLA”

En esas búsquedas por la web, suelo encontrar imágenes que me traen recuerdos de nuestra infancia.

Hoy por ejemplo, tratando de explicarle a una de mis nietas, como era el aspecto de los caballos criollos, apareció esta imagen y yo dije:-Así era la “Chola”, nuestra yegua.-

_¿Quién le puso ese nombre?- dijo la más pequeña

-mi papá -le respondí.

Entonces les conté de las veces que la atábamos al sulky y a escondidas de nuestros padres, teníamos la osadía de salir a recorrer todo el pueblo, con nuestro hermano menor camuflado debajo de unas mantas, porque era invierno, y en aquellos inviernos, sí que hacía frío.

La Chola fue nuestro juguete más querido.

Mansa y obediente como ninguna.

Cruzábamos con ella las partes más bajas del arroyo y nunca nos dejó en los pantanos.

Cuando tenía sed, le dábamos agua en el fuentón galvanizado, donde mamá lavaba la ropa y luego ella no se podía explicar de dónde salían esos pastitos cuidadosamente cortados, que quedaban adheridos en los bordes.

Al atardecer, la desatábamos y le dábamos pasto seco de un fardo que papá compraba en el almacén de don Gaetano Zóccoli, y entonces la Chola sacudía su cabeza . y se disponía a descansar bajo el tinglado , cerca de los autos o de los camiones que hacían noche ahí.

Pero un día, nuestra noble amiga desapareció y por más que la buscamos y buscamos, por más que recibíamos datos de que la habían visto en no sé qué camino, yendo para el lado de no sé dónde, la perdimos para siempre: la habían robado.

Pero de una cosa estoy segura: ella jamás se hubiera ido, ella nunca nos habría abandonado, nos quería demasiado como para emprender una salida y olvidarnos.

Yo sé, que desde el recuerdo, agita sus crines al viento, y mueve su cabeza en señal de aprobación.

.BEBA LAPASTA

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