SE LLAMABA “CHOLA”
En esas búsquedas por la web, suelo encontrar imágenes que me traen recuerdos de nuestra infancia.
Hoy por ejemplo, tratando de explicarle a una de mis nietas, como era el aspecto de los caballos criollos, apareció esta imagen y yo dije:-Así era la “Chola”, nuestra yegua.-
_¿Quién le puso ese nombre?- dijo la más pequeña
-mi papá -le respondí.
Entonces les conté de las veces que la atábamos al sulky y a escondidas de nuestros padres, teníamos la osadía de salir a recorrer todo el pueblo, con nuestro hermano menor camuflado debajo de unas mantas, porque era invierno, y en aquellos inviernos, sí que hacía frío.
La Chola fue nuestro juguete más querido.
Mansa y obediente como ninguna.
Cruzábamos con ella las partes más bajas del arroyo y nunca nos dejó en los pantanos.
Cuando tenía sed, le dábamos agua en el fuentón galvanizado, donde mamá lavaba la ropa y luego ella no se podía explicar de dónde salían esos pastitos cuidadosamente cortados, que quedaban adheridos en los bordes.
Al atardecer, la desatábamos y le dábamos pasto seco de un fardo que papá compraba en el almacén de don Gaetano Zóccoli, y entonces la Chola sacudía su cabeza . y se disponía a descansar bajo el tinglado , cerca de los autos o de los camiones que hacían noche ahí.
Pero un día, nuestra noble amiga desapareció y por más que la buscamos y buscamos, por más que recibíamos datos de que la habían visto en no sé qué camino, yendo para el lado de no sé dónde, la perdimos para siempre: la habían robado.
Pero de una cosa estoy segura: ella jamás se hubiera ido, ella nunca nos habría abandonado, nos quería demasiado como para emprender una salida y olvidarnos.
Yo sé, que desde el recuerdo, agita sus crines al viento, y mueve su cabeza en señal de aprobación.
.BEBA LAPASTA
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