
Hoy 30 de junio cumple años Mercedes Pallero
¡Felicidades!
Antes creíamos que el fútbol era una pasión argentina . Hoy observamos que es una pasión mundial. Países hasta hace poco, eran nombrados circunstalcialmente, hoy ocupan la primera plana de los diarios. Y esta incógnita que es Diego Armando Maradona, vuelve a brillar con luz propia.
Mario Benedetti era un admirador de Maradona. Hasta llegó a decir en una oportunidad, en forma irónica: “Aquel gol que le hizo Maradona a los ingleses con la ayuda de la mano divina es, por ahora, la única prueba fiable de la existencia de Dios”. Además le regaló el poema que se transcribe a continuación:
Maradona
Hoy tu tiempo es real, nadie lo inventa
Y aunque otros olviden tus festejos
Las noches sin amor quedaron lejos
Y lejos el pesar que desalienta.
Tu edad de otras edades se alimenta
No importa lo que digan los espejos
Tus ojos todavía no están viejos
Y miran, sin mirar, más de la cuenta
Tu esperanza ya sabe su tamaño
Y por eso no habrá quien la destruya
Ya no te sentirás solo ni extraño.
Vida tuya tendrás y muerte tuya
Ha pasado otro año, y otro año
Les has ganado a tus sombras, ¡aleluya!
Mi noche triste (Lita) |
Tango 1916 |
Música: Samuel Castriota |
Letra: Pascual Contursi |
Percanta que me amuraste en lo mejor de mi vida, dejándome el alma herida y espina en el corazón, sabiendo que te quería, que vos eras mi alegría y mi sueño abrasador, para mí ya no hay consuelo y por eso me encurdelo pa'olvidarme de tu amor. Cuando voy a mi cotorro y lo veo desarreglado, todo triste, abandonado, me dan ganas de llorar; me detengo largo rato campaneando tu retrato pa poderme consolar. Ya no hay en el bulín aquellos lindos frasquitos , arreglados con moñitos todos del mismo color. El espejo está empañado y parece que ha llorado por la ausencia de tu amor. De noche, cuando rne acuesto no puedo cerrar la puerta, porque dejándola abierta me hago ilusión que volvés. Siempre llevo bizcochitos pa tomar con matecitos como si estuvieras vos, y si vieras la catrera cómo se pone cabrera cuando no nos ve a los dos. La guitarra, en el ropero todavía está colgada: nadie en ella canta nada ni hace sus cuerdas vibrar. Y la lámpara del cuarto también tu ausencia ha sentido porque su luz no ha querido mi noche triste alumbrar. |
Querida gente de Tapalqué:
Soy estudiante de la Carrera de Historia en la Universidad de Buenos Aires
y se nos encomendó la tarea de investigar la fundación, desarrollo histórico
y económico de varias localidades y partidos de la Provincia de Buenos
Aires. El grupo de estudio al que pertenezco recibió como consigna el
Partido de Tapalqué y en esta semana comenzamos la tarea. El motivo de
la presente es solicitarle, tenga a bien, enviarnos los datos bibliográficos,
museográficos o de colecciones privadas que puedan contener elementos
que nos permitan estudiarlo. Desde ya le agradezco toda atención que pueda
prestarle a la presente y le envio mi respetuoso saludo.
Atte. Axel Damián Pesce
Nota de la redacción: "Tapalqueneros en la red" ya está preparando la
bibliografía. Quienes deseen hacer su aporte pueden hacer llegar
información, bibliografía y/o datos precisos, para adjuntar al envío, al mail
tapalqueneros@gmail.com
Gladis Fittipaldi
Estas palabras de la Oracíon a la Bandera las hemos recitado años y años, antes de inciar las clases, a veces sin pensar en su significado. Los invito a releer la Oración de Joaquín V. González y a valorar su contenido.
Oración a la Bandera
Bandera de la Patria, celeste y blanca, símbolo de la unión y la fuerza con que nuestros padres nos dieron independencia y libertad; guía de la victoria en la guerra y del trabajo y la cultura en la paz.
Vínculo sagrado e indisoluble entre las generaciones pasadas, presentes y futuras.
Juremos defenderla hasta morir antes que verla humillada.
Que flote con honor y gloria al frente de nuestras fortalezas, ejércitos y buques y en todo tiempo y lugar de la tierra donde ellos la condujeren.
Que a su sombra la Nación Argentina acreciente su grandeza por siglos y siglos y sea para todos los hombres mensajera de libertad, signo de civilización y garantía de justicia.
Autor: Joaquín V. González
La pava de Medina
El hotel andaba de mal en peor.
Muchos decían que el viejo se había fundido, cosa que aparentemente, podría haber sido verdad.
Fundido o no, el hotel todavía iba dando manotazos de ahogado, en un pueblo, que igual que este negocio, no iba para atrás ni para adelante.
Con el desalojo de los campos y chacras, la retirada del tren provincial que pasaba por Velloso, muchos tapalqueneros se fueron en busca de nuevos horizontes ya que, aquí, no tenían futuro.
En ese tiempo llegó Medina. Era viajante de medicina veterinaria y llegó acompañado por otro colega al que yo bauticé “Codelín”, porque se parecía a un perro ratonero que me había atropellado un auto.
Medina y “Codelín” habitaban invariablemente la pieza número nueve, aunque ellos eran cuerdos, sanos y equilibrados, porque esa era la pieza de los locos. Aunque no lo crean en ella siempre se alojaba alguien con los tornillos flojos.
Con el tiempo se hicieron como de la familia. Tal es así que Medina ya sabía qué materias nos llevábamos a examen y nosotros conocíamos cuántos nietos tenía, cómo era su casa y lo que le gustaba cocinar a su señora.
Medina era petiso, pelado y gordito. Pero era un hombre picarón y pronto en el pueblo se comentaban sus romances, hasta que una dama entrada en años, todavía vistosa, lo enredó en sus polleras.
No obstante eso, fiel como perro ovejero, regresaba los fines de semana a su hogar llevando algún recuerdo de Tapalqué: huevos frescos de campo, pollos pelados, una o dos liebres, una docena de perdices, en fin, productos de la región muy valorados en la ciudad.
Se acercaba el fin de ese año.
Por qué al pobre Medina le dio por hacer confidencias, no lo sé.
Mientras acomodaba su autito, preparaba sus valijas cometió el error de hablar de la pavita engordada a maíz que se llevaba para la noche de Año Nuevo.
Entonces comentó que necesitaba una bolsa de lienzo blanca para colocar en ella el animal faenado, así no se abombaba en el trayecto. Mi padre la buscó, se la alcanzó y Medina guardó celosamente en el baúl del coche la pavita que su mujer, ignorando sus infidelidades, recibiría complacida. Antes de partir, la llamó por teléfono y le indicó que comprara nueces y ciruelas para el relleno, sugiriéndole no omitir este encargo, pues él iba con la pavita cebada con maíz que le había regalado un chacarero.
Mientras él hablaba, el conocido sinvergüenza, fue a la pieza número dieciocho y encontró una pava colorada, cachada y tiznada que usábamos en la vieja cocina de leña, ya en desuso. La envolvió dándole forma, y la metió en la bolsa de lienzo guardando en la heladera la pava de Medina.
Este ignorando todo, subió al autito, nos deseó Felices Fiestas y llegó a su pueblo al atardecer.
Su señora había olvidado comprar los elementos para el relleno. Por eso es que salieron presurosos y se aguantaron la cola del supermercado.
Cuando estaba por poner el relleno, la esposa tomó la bolsa de lienzo y encontró la pava colorada con un cartel de letras despatarradas que decía: “Yo soy una pava, pero vos sos más pavo porque hablaste”.
La mujer estalló en sonoras carcajadas, no sé qué palabrotas habrá dicho Medina. Muy enojado no estaría porque regresó.
De no haber sido así, nunca hubiéramos conocido el final de esta historia.
BEBA LAPASTAy sobre todo puedo yo responder.
Uno no siempre hace lo que quiere
pero tiene el derecho
de no hacer lo que no quiere.
Llora no mas, Botija,
son macanas que los hombres no lloran,
aquí lloramos todos,
gritamos, chillamos, moqueamos, berreamos,
maldecimos, porque es mejor llorar que traicionar,
porque es mejor llorar que traicionarse
llorar, pero no olvidés."
Cuando llegaba el viernes y regresaba de la ciudad de Azul, donde estudiaba, escondido entre mis libros y carpetas, traía un libro de poemas que solía comprar en la libreria Biblos.
En una oportunidad tuve en mis manos una obra de este ilustre escritor, entre ella esta poesía.
Deseo compartirla con mis amigos tapalqueneros.
BEBA LAPASTA
Artifex vitae artifex sui
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales coseché siempre rosas.
Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
Resulta arriesgado en pleno Mundial de Fútbol dedicarse a recordar el Día del Libro, pero como no sólo de fútbol vive el hombre, siempre es bueno incursionar por otras áreas, para no volverse monotemático. Con ese fin se recuerda que hoy 15 de junio se celebra el "Día del Libro¨. Esta celebración se inició, en Argentina, en 1908 como "Fiesta del Libro" porque ese día se entregaron los premios de un concurso literario organizado por el Consejo Nacional de Mujeres. En 1924, el Gobierno Nacional declaró oficial la "Fiesta del Libro". El 11 de junio de 1941, una resolución Ministerial propuso llamar a la conmemoración "Día del Libro".
Como a nadie le viene mal un poco de conocimiento y reflexión, se transcribe el artículo de Susana Fiorito, de la Biblioteca Popular Bella Vista de Córdoba, Argentina, del libro "Monopolios Artificiales sobre Bienes culturales" .
Por Susana Fiorito 1
En todos los países del mundo existen Bibliotecas Públicas, donde los ciudadanos pueden leer –libros, revistas, diarios- sin ser propietarios del “objeto” (soporte, se dice ahora) que contiene conocimientos científicos y técnicos, narrativa, poesía. En las Bibliotecas Públicas la cultura escrita (ahora también en sus formas plásticas y musicales y en imágenes animadas), está al alcance de todos sin el requisito de la apropiación individual: la propiedad es “pública” (nacional, provincial o estadual, municipal) y el ciudadano puede acceder libremente a ella, en algunos casos aportando una pequeña cantidad de dinero para solventar su uso.
La Argentina es el único país del mundo en que, además de Bibliotecas Públicas, existen las Bibliotecas Populares. Las creó el Presidente Sarmiento, en 1890, por una ley que establecía que “las Populares” debían constituirse como producto de la asociación de personas que unieran sus esfuerzos para posibilitar el acceso universal (de pobres y ricos, de chicos y grandes, de nativos y extranjeros) al conocimiento de las letras, las ciencias y las artes.
Millones de argentinos y extranjeros –la década de 1890 y las siguientes vieron la explosión inmigratoria- pudieron acceder a la cultura escrita, cumplir con la educación obligatoria, seguir estudios formales, acceder a mundos lejanos, zambullirse en el placer de las fantasías literarias, gozar de la poesía, gracias a la existencia de esas Bibliotecas, creadas, organizadas y funcionando gracias a la dedicación voluntaria de ciudadanos y ciudadanas que aportaban una pequeña cuota mensual para que todos (aún los que no aportaban), pudieran leer.
Las Bibliotecas Populares han sobrevivido a todos los avatares del ¿desarrollo? capitalista en la Argentina, al fraude conservador, a las dictaduras, al populismo, a los mecanismos clientelísticos de la democracia burguesa. Sobrevivieron a las quemas de libros, a la inundación de best-sellers, al marketing. Actualmente –y cada vez más- reemplazan a las escuelas en las funciones que éstas no pueden cumplir porque tienen que dar de comer, constituirse en espacio para la vacunación y la revisación odontológica, ocuparse de las cabezas parasitadas y del maltrato doméstico. En las Populares los chicos y las chicas aprenden las lecciones –ya las editoriales no regalan un libro a cada maestra de grado-, hacen los deberes, leen los cuentos que antes oían de boca de sus padres y madres, de sus abuelos y abuelas.
Estos refugios de la cultura, estas instituciones comunitarias (todo lo comunitario que puede ser una institución en el seno de una sociedad capitalista cuyo eje es la propiedad privada de los medios de producción), están amenazadas por la ola privatizadora. Ya se privatizaron los servicios públicos, las fuentes de energía, las minas de oro y plata. ¿Los depósitos acuíferos y los glaciares cordilleranos son la próxima presa?…
Y hora estamos en peligro los lectores: en peligro de que nos privaticen la lectura pública…
¿Qué proponen ahora a las Bibliotecas Populares?: que deben pagar un canon -¿a la editorial o a las Asociaciones o Cámaras de Editores?- por cada libro que prestan. Los dueños de los copyrights, que no son precisamente los autores, sino los editores, consideran que los derechos de autor –cobrados ya cuando la Biblioteca compra el libro- deben ser pagados por ella cada vez que el libro se lee. Cien veces, si se presta a 100 lectores. ¿Coherente, no es cierto? Coherente con un proceso que comenzó con la privatización de los servicios públicos – una flagrante contradicción- y que apunta a la apropiación privada de la cultura.
Las Bibliotecas Populares fueron y son una herramienta para la apropiación universal de la cultura. Ahora les toca enfrentar las corrientes de la monopolización del conocimiento; la ola de las privatizaciones pretende acaparar también el saber, los saberes. Usemos esas herramientas que tienen más de un siglo de vida fecunda: no se trata sólo de defender lo que existe, también hay que avanzar, difundiendo el hambre de lectura, las ganas de saber.
© 2007 Susana Fiorito
Ud. es libre de copiar, distribuir y hacer obras derivadas de este texto bajo los términos de la GNU / Free Documentation License. Para más información ver http://www.gnu.org/licenses/fdl.txt
Yo tenía un botón sin ojal, un gusano de seda,
medio par de zapatos de clown y un alma en almoneda,
una hispano olivetti con caries, un tren con retraso,
un carné del Atleti, una cara de culo de vaso,
un colegio de pago, un compás, una mesa camilla,
una nuez, o bocado de Adán, menos una costilla,
una bici diabética, un cúmulo, un cirro, una strato,
un camello del rey Baltasar, una gata sin gato,
BEBA LAPASTA