Por madurez o por resignación dejó de añorar. lL soledad lo lleva a retomar los mismos temas, la memoria puede ser tan selectiva que el olvido suele ser su lugar preferido.
Le da lo mismo estar acá o allá, entre gente que hable su idioma o en lugares donde las señas sean insuficientes. La mayoría de los propios rasgos culturales los ha abandonado o los ha pulido la lejanía, le queda en su más preciado haber la astucia, la de siempre, cultivada como un oriental cultiva su arte, como un sabio su serenidad. Además sigue siendo un romántico tímido y eso suele llevarlo a ser de lo más impulsivo
Al amparo de una camuflada autoestima se dispone a rebuscárselas como de costumbre, a no muchos km del círuclo polar ártico, entre el mar y el hielo continental, en una zona donde las pinceladas de gracia alcanzaron a pintar su contenido exterior, sus témpanos y sus montañas, sus lagos congelados, sus mamíferos marinos que majestuosos siguen jugando, dueños del ayer y del presente, quizá del mañana. Apenas hay más que la desolación que campean forjados sus pocos habitantes y por supuesto el frío.
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Se encontró de polizón por aguas que se fueron congelando a medida que se acercó el invierno. Como de costumbre no le fué difícil encontrar la manera de subir a bordo, se emborrachó con un mecánico de Nueva Zelandia, sabiendo que era el mecánico del Arctic Sunrise y en la sala de máquinas pasó sus días hasta una noche bajar en Tasiilaq.
En el viaje, desde el fondo, pudo ver varias veces a la causa de su dudoso embarque, ya conversaba mostrando su simpatía, ya pasaba con diversos aparatos de medición, ya salía a cubierta. Él veía asomar su pelo al aire, un par de veces logró verle el rostro, la sonrisa, sus labios. El ruido de la sala le aturdía su voz.
Ya en Tasiilaq fué menos fácil, deambuló entre el cacerío ubicado en una perla de lugar, fué al supermercado, compró algo y se afanó algo, tan atrás tampoco quedan sus costumbres, entre los vinos berretas carísimos distingue un Michel Torino de veinte euros, se encanuta dos, tiene para ir tirando y puede volver.
Hay lugares que tienen todo por los que no da un mango y en lugares como este, en lo que falta todo se podría quedar, mamar la austeridad en su forma mas cruda y reir con ganas. La vida alegre aunque miserable de los inuitas, el resplandor del sol que apenas entibia, el barco todavía anclado.
Una noche, buscando que le pase algo, sigue caminando y sube la cuesta hasta el hotel Angmagsaalik, como lo más natural del mundo abre la puerta sin cerrojo y entra. La endija por donde pasa la suerte está entreabierta, como siempre la presiente antes que se presente, casi sin proponérselo se aleja con una bolsa negra abultada, teme que se rompa y se pierde en la noche.
Insólito? maneras de soñar, algunos idealistas se negaban a recoger sus conquistas por no destruir lo soñado, la mayoría se refugia en la posesión para llamar amor a la simple proyección, a la contrucción de alguien a semejanza con dotes y dones que jamás coinciden con la realidad.
GPS es un romántico pero no cree en el amor, juega, sus sentimientos lo contradicen, siente estar seguro que al desnudo y a la larga el sentimiento es subjetivo y poco tiene que ver con el otro, por la insulsa vía de lo planeado nadie arriesga nada por amor y él aunque lo niegue es capaz de sorprenderla y sorprenderse de puro empedernido. Tímido al fin, lo único que sabe es seducir por el camino de lo insólito, por el calor que despierta el acto de locura inocente en su nombre, en nombre de eso que sueña y a lo que jamás se le ocurriría apostar.
Saca la cuenta minusiosa del desencadenamiento. Cuando descubran la falta recurrirán a la policía, en estos parajes desolados, donde lo único que hay es el mar con sus témpanos, un pequeño puerto y un helicóptero, robar o tomar prestado como acostumbra no tiene sentido, difícil de ocultar, difícil de no volverse el primer sospechoso.
Lo primero fué encontrar un refugio. Se fué al basurero donde había visto unos containers abiertos abandonados, con el mameluco del mecánico de lejos pasaba por un inuit camino a su bote, el paso medio chueco le salía sin proponérselo, pasó con la bolsa por atrás del helipuerto como quién va a tirar basura y durmió abrigado.
Del otro lado del basurero está el puerto y mas allá el pueblo, ve a lo lejos un grupo que sale del barco, empaqueta de nuevo lo robado, esconde la bolsa entre la basura y sale a mirar. Ella no forma parte del grupo y se acerca al barco, la ve afuera, al lado de la escalera del barco con el cartelito de ”no entrar”. Se apura, cruza las rocas y busca la bolsa, en el basurero encuentra restos de barillas y unas aspas para un armazón. Atrás del barco en el puerto hay un galpón que da casi al agua, se disfraza a escondidas, practica, se acerca solamente asomando la cabeza en cuatro patas y emite un rujido, se para, abre los brazos, la cabeza enorme queda algo mas alta.
La visión la estremece, se lleva la mano a la boca, busca la cámara, nerviosísima.
Un oso polar en el Puerto!, raro, medio fláxido, arrastra las patas, le cuelgan las manos.
Le sigue sacando fotos mientras se acercan más de lo prudente.
Se despierta en su camarote, los motores están en marcha, la tapa con la piel, le da un beso mientras duerme, baja y se pierde en el hielo.
Siempre ha sido así, ante el amor escapa, ante el dolor se refugia, ante el volver a sentir se vuelve a ir.
Nano
1 comentario:
QUE BUENO ES PODER VOLAR CON TU IMAGINACION, CON TUS PALABRAS , LOS QUE ESTAMOS TAN LEJOS PERO TAN CERCA EL CORAZON ,TENGAMOS LA SUERTE DE DE RESPIRAR A TU LADO CON CADA RELATO ,CADA CADA AVENTURA Y TENER EN NUESTRA RETINA ,LA RISA PICARA "DEL FITO,DEL CHIN ,DEL YAITE ,Y TODOS LOS QUE SE QUIERAN SUBIR AL SUEÑO DE VIVIR SIN FRONTERAS EN ESTO DE INTENTAR SER LIBRE ,CADA UNO A SU MODO COMO PUEDA ,JA JA JA .
IL TUO AMICO
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