Escuche don Apretau
no se ponga quisquiyoso
porque a la rueda a dentrau
en el nuevo matrereando
un vasco, que anda tratando
de querer improvisar.
Y usté dentra a beyaquiar
¡no sea papelonero!
No se me ponga altanero
déjelo al pobre cantar.
Además, yo le asiguro
como que me yamo Hilacha
que ya he de ver , por su facha
de qué lau se ha recostau.
Si el vasco es medio tramposo
nos va a querer embaucar
y en el fogón va a quedar
retratau entre las brasas
y sabrá que en nuestra casa
naides nos viene a sobrar!!!
Yo no soy hombre violento
nunca anduve a las trompadas,
pelear no sirve de nada,
solo pelean los perros,
y a estas costumbres me aferro
pa poder improvisar.
Si me dejara yevar perdería mi energía
y no me concentraría en las cosas que yo quiero:
y en esta vida, aparcero, hago falta todavía!
yo pienso: que nunca un vasco dejaría de ser sincero,
y en estos versos yo quiero
hacerles un monumento,
son juertes , bravos, constantes
porfiados como ninguno,
no le aflojan al trabajo,
a las mujeres ni al vino,
no sé sin son orejeros, si se copian de lo que hago,
pero la verdá don Justo
Nunca vide un vasco VAGO.
Por aura, sólo lo oservo,
y sus payadas escucho.
Solo el tiempo nos dirá
si resulta un vasco trucho.
Pa que dentre a matreriar,
yo le abro mi corazón,
por eso aquí lo recibo
abierta está la tranquera,
que se arrime con nosotros
a este fogón tapalquenero
y como dice Melitón:
”el que no tiene pa dar,
puede dirse…cuando quiera”.
EL GAUCHO HILACHA
(Si viviera el Juan de Juan, siguro que lo sabría…canejo!)
no se ponga quisquiyoso
porque a la rueda a dentrau
en el nuevo matrereando
un vasco, que anda tratando
de querer improvisar.
Y usté dentra a beyaquiar
¡no sea papelonero!
No se me ponga altanero
déjelo al pobre cantar.
Además, yo le asiguro
como que me yamo Hilacha
que ya he de ver , por su facha
de qué lau se ha recostau.
Si el vasco es medio tramposo
nos va a querer embaucar
y en el fogón va a quedar
retratau entre las brasas
y sabrá que en nuestra casa
naides nos viene a sobrar!!!
Yo no soy hombre violento
nunca anduve a las trompadas,
pelear no sirve de nada,
solo pelean los perros,
y a estas costumbres me aferro
pa poder improvisar.
Si me dejara yevar perdería mi energía
y no me concentraría en las cosas que yo quiero:
y en esta vida, aparcero, hago falta todavía!
yo pienso: que nunca un vasco dejaría de ser sincero,
y en estos versos yo quiero
hacerles un monumento,
son juertes , bravos, constantes
porfiados como ninguno,
no le aflojan al trabajo,
a las mujeres ni al vino,
no sé sin son orejeros, si se copian de lo que hago,
pero la verdá don Justo
Nunca vide un vasco VAGO.
Por aura, sólo lo oservo,
y sus payadas escucho.
Solo el tiempo nos dirá
si resulta un vasco trucho.
Pa que dentre a matreriar,
yo le abro mi corazón,
por eso aquí lo recibo
abierta está la tranquera,
que se arrime con nosotros
a este fogón tapalquenero
y como dice Melitón:
”el que no tiene pa dar,
puede dirse…cuando quiera”.
EL GAUCHO HILACHA
(Si viviera el Juan de Juan, siguro que lo sabría…canejo!)
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