lunes, 18 de enero de 2010

Tapalqueneros memoriosos


De nuevo estoy de vuelta...
¿Me extrañaron?
Aquí estoy con más deseos de desconcertarlos y poner en juego vuestra memoria con una nueva casa y otro tango tristón, de esos que cantaba Carlitos, allá por el año 1926, y que algunos, más poderosos, volvían a oír desde sus pesados discos de pasta grabados por la discográfica "Odeón", en una vitrola que lloraba viejos tangos...

¿Usted lo recuerda, madrecita santa,
cómo la quería, cómo yo la amé?
¡Que he dado mi vida, mi daga y mi manta!...

Y, sin embargo, madre, la ingrata se fue...
Apague esa leña, que mi vista daña...

Los ojos me lloran... Yo no sé por qué...
Pues quiero olvidarla, ahogándome en caña,
y quiero estar cerca, cerquita de usted...


Y como un regalito para el alma, va esta vereda que es una joya para los que desde lejos, la recuerdan.
Beba Lapasta

4 comentarios:

graciela dijo...

la esquina es 9 de julio y bioy, la antigua casa de Leonida Marmissolle. hoy vive la genia de Leonor Giobbi de Dotti

BEBA dijo...

Sin lugar a dudas.
¿Y el tanguito pa cuándo?

Graciela dijo...

Hola, volví con los tanguitos, el título de estas estrofas es Trago Amargo y el autor puede ser Iriarte? Bueno espero haber respondido bien chau.

BEBA dijo...

Así es, pero me gusta cómo empieza cuando dice:
"Arrímese al fogón, viejita, aquí a mi lado
y ensille un cimarrón para que dure largo;
atráquele esa astilla, que el fuego se ha apagado,
revuelva aquellas brasas y cebe bien amargo;"
Y que siga cantando Carlos Gardel!!!